UNITA y el Gobierno angoleño buscarán paz en la capital de Etiopía
Mario Silva, como muchos habitantes de Luanda, la capital de Angola, desertó ayer de su trabajo y se unió a una caravana multitudinaria en busca del agua que falta desde el domingo, cuando la guerrilla de la UNITA atacó la potabilizadora que abastece la ciudad. Ahora, las esperranzas de la población se centran en que los dirigentes de las dos partes acudan hoy a la cita en Addis Abeba, la capital de Etiopía, para reanudar las conversaciones hacia una solución al conflicto. La delegación gubernamental emprendió viaje ayer.
Los habitantes de Luanda formaron ayer apretadas colas ante las potabilizadoras situadas en las afueras para hacer acopio de agua. "Lo primero es la supervivencia", decía con una sonrisa Mario Silva. "Al menos, nosotros tenemos la suerte de tener vehículo", añadía. Otros, como María, han recorrido grandes distancias a pie junto a sus hijos con los coloridos baldes de plástico sobre la cabeza.Mientras los habitantes de la ciudad luchan para hacer frente a las restricciones que impone el cerco de la UNITA, que también amenaza con sabotear las instalaciones eléctricas, no hay tregua en los combates que se libran en el interior del país. En algunas provincias, como la de Kuando Kubango, los bombardeos contra el aeropuerto dificultan el abastecimiento de la población civil.
El Alto Estado Mayor angoleño anunció ayer la reconquista de Zenzo do Itombe, a unos 120 kilómetros de Luanda que había sido tomada el domingo por la UNITA. Dichas fuentes denunciaron ayer, por primera vez, que la UNITA utiliza en los combates "obuses con sustancias tóxicas". Además, Luanda reiteró ayer las acusaciones sobre la implicación surafricana en el conflicto. Ayer se supo que las autoridades de Namibia, que controlaron por sorpresa un avión surafricano que hacía escala en Rundu, en el norte del país, comprobaron que transportaba suministros militares para la UNITA.
Todas las esperanzas se centran ahora en la visita del ministro de Exteriores, Venancio da Moura a Nueva York, para explicar la postura de su Gobierno ante el Consejo de Seguridad y la reunión, anunciada para hoy, en Addis Abeba entre los dirigentes de las dos partes.
El MPLA se ha manifestado en varias ocasiones dispuesto a la reanudación del diálogo con la UNITA que quedó roto a raíz de la negativa del movimiento guerrillero a aceptar su derrota electoral en las elecciones legislativas celebradas bajo control de la ONU el pasado septiembre. La gran incógnita es si la delegación de la UNITA se presentará en la capital etíope. Hasta ahora el movimiento de Jonas Savimbi se ha opuesto al encuentro y se ha centrado en la ofensiva con la que sus fuerzas se han apoderado, este mes, de los yacimientos de diamantes del noreste de Angola y de la mayor parte del territorio del interior del país. Además, han puesto en jaque los pozos de petróleo de Soyo y el enclave de Cabinda.
Para el MPLA, la llegada a Washington de la nueva Administración Clinton es su gran esperanza. Durante el mandato de George Bush, el Gobierno angoleño logró el establecimiento en Luanda de una oficina de enlace norteamericana conocida en la capital de la ex colonia portuguesa como la embajada. Washington reconoció que las elecciones celebradas el pasado septiembre y rechazadas por la derrotada UNITA por supuesto fraude fueron "justas y libres". Sin embargo, el objetivo de Luanda, tras su victoria electoral, es lograr el pleno establecimiento de relaciones diplomaticas que Bush aplazó hasta el cumplimiento del plan de paz de la ONU, que ahora agoniza.
Por el momento, Washington ha condicionado el reconocimiento a la celebración de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y a un "control efectivo" del territorio nacional por parte del Gobierno de Luanda. Sin embargo, el portavoz del nuevo secretario de Estado demócrata ha dejado entrever la posibilidad de que el reconocimiento sea inminente.
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