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Ocho días de paros en el Metro para febrero

Javier Casqueiro

La guerra del transporte público en Madrid no tiene fin. El comité de empresa del Metro convocó ayer ocho días de paros para febrero, todos los lunes y miércoles. La tranquilidad en este transporte ha vuelto a quedar hipotecada en los primeros días del año por un conflicto laboral. El detonante: la dirección de la empresa sorprendió el viernes al anunciar una congelación salarial, según la contención que ordena la Ley de Presupuestos de la Comunidad, pero el año pasado firmó un convenio con una revisión para 1993 del 6,5%.

La crisis económica afectará este año de manera directa a todos los trabajadores que negocien un convenio en la Comunidad de Madrid. Los empleados del Metro, sin embargo, pretenden no verse perjudicados en este ajuste porque firmaron su actual convenio en febrero del año pasado -tras cuatro días de huelga- con una cláusula de revisión salarial para 1993 que establecía un incremento de dos puntos sobre el índice de precios al consumo previsto por el Gobierno (4,5+2=6,5).Las consignas de la Consejería de Hacienda de la Comunidad de Madrid se fijaron otros planes cuando se redactó la vigente Ley de Presupuestos (aprobada el 23 de diciembre de 1992). En su artículo 13, y sobre el incremento de retribuciones para su personal laboral, se especifica que la masa salarial de las empresas públicas "no podrá experimentar incremento alguno respecto a l992".

Fuentes de la Consejería de Hacienda precisaron ayer, en esta línea de recorte, que aunque el artículo no es de obligado cumplimiento para las empresas autónomas -como el Metro-, "moral y éticamente sí debe imponerse, porque no sería lógico que los funcionarios regionales no obtuvieran ningún aumento y por el contrario en una empresa dependiente de la Comunidad se aprobara una subida del 7%".

Los responsables de esta consejería, cuando elaboraron el anteproyecto de presupuestos en septiembre, comunicaron esta norma a los directivos de sus empresas, y ya entonces recibieron los primeros presupuestos parciales con una congelación de los capítulos de personal y de gastos corrientes.

A este argumento se ha sumado la dirección del Metro. No obstante, el presidente de la compañía, Ramón López-Mancisidor del Río, ha peleado para cumplir el convenio.

El presupuesto inicial del Metro para 1993 remitido en septiembre a la Comunidad incluía, de hecho, un capítulo 1 (Personal) con 23.076 millones de pesetas, lo que posibilitaba una subida salarial en teoría de hasta el 10,7%. Este texto, normalmente, es sólo orientativo, y las partidas suelen modificarse sustancialmente hasta el final del ejercicio, como ha pasado en 1992.

La dirección de la Compañía Metropolitano se ha acogido en última instancia al texto de la ley regional de presupuestos, algo que, según un portavoz de Hacienda, "no había sido necesario hasta ahora porque no se había planteado con tanta virulencia el problema de la contención del gasto".

Los trabajadores entienden esta medida como "abusiva y desproporcionada" y aseguran no estar dispuestos a aceptarla por significar "un incumplimiento flagrante del Estado de derecho", explicó ayer Camilo Durán, secretario del comité y portavoz del Sindicato de Conductores.

A los trabajadores les parece bien que se ahorre en el gasto, pero no a costa de renegociar un convenio firmado hace nueve meses. "Sería un precedente gravísimo que ellos no cumplieran económicamente, porque nosotros también podríamos actuar así sobre otros aspectos", declaró Durán. Los representantes del comité señalan al presidente regional, Joaquín Leguina, y a su consejero de Transportes, Julián Revenga, como los defensores de acordar un convenio por dos años. Los trabajadores querían firmar por un ejercicio.

El comité aprobó ayer un calendario de huelgas para el mes de febrero que fija paros de 24 horas en el servicio los días 1, 3, 8, 10, 16, 18, 23 y 25. El conflicto se plantea en días alternos (lunes y miércoles), 11 para no perjudicar tanto a los usuarios", indicó Durán.

La EMT también firmó, el pasado verano, un convenio por dos ejercicios con una revisión salarial alta para 1993. En este caso, sin embargo, el conflicto surgido ahora en el Metro no es equiparable, porque la EMT depende de los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid, aunque éstos también serán restrictivos.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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