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Clinton toma hoy el autobús de Washington

La capital de EE UU vive la fiesta del relevo presidencial

Antonio Caño

El presidente electo norteamericano, Bill Clinton, llega hoy a Washington, la ciudad en la que vivirá, al menos, durante los próximos cuatro años, y lo hace a bordo del vehículo que se convirtió en el emblema de su campaña electoral, el autobús. Para reforzar el carácter simbólico de su llegada, Clinton ha escogido como punto de partida de su recorrido la casa de Thomas Jefferson, en Monticello (Virginia), donde se rinde culto a quien fue el tercer presidente de EE UU, uno de los redactores de la Constitución norteamericana y el padre del Partido Demócrata.

La llegada de Clinton a la capital norteamericana, que está rodeada de tantas celebraciones y medidas de seguridad que han convertido a Washington en un gigantesco escenario para el lucimiento de quien ya es la primera figura nacional, abre un periodo de cinco días de gran fiesta en los que se mezclarán los recuerdos a Elvis Presley con homenajes a Martin Luther King y una sucesión de bailes y desfiles, que culminarán con una gran recepción popular en la misma Casa Blanca. El lema de las celebraciones será: "Una reunión americana, un nuevo comienzo, esperanza renovada", y Clinton quiere darle a todo un aire de unidad nacional, desea aprovechar los actos de su toma de posesión, el miércoles, para abrir un punto y aparte en la historia de este país y concentrar en torno a su presidencia un clima de optimismo y de confianza en el futuro.Alrededor de un cuarto de millón de personas estarán en las calles de la capital de la nación a partir de hoy para seguir todos los actos abiertos al público. Por supuesto, el Estado que mayor público aporta es el de Arkansas, el Estado natal de Clinton, de donde vendrán miles de personas para asistir a la recepción especial que ofrecerá el próximo jueves el presidente a sus paisanos.

El momento culminante de estas celebraciones será el acto de jura de los nuevos presidente y vicepresidente, que se llevará a cabo al mediodía del miércoles ante el Capitolio. Posteriormente se realizará el tradicional desfile desde el Congreso hasta la Casa Blanca, aunque este año se incorporarán a la marcha algunos grupos con los que nunca se había contado hasta ahora, corno organizaciones de homosexuales. Está previsto que Clinton recorra el trayecto entre las sedes del Legislativo y el Ejecutivo a bordo de una limousina, aunque no se descarta que el presidente pueda, cambiar de opinión todavía para hacerlo a pie, como prefirió, en su día, el último presidente demócrata, Jimmy Carter.El coste total de las celebraciones se calcula en tomo a los 20 millones de dólares, 10 menos de lo que costó la toma de posesión de George Bush.

La mayor parte de los actos exigirán el pago de una entrada, que en algunos casos llegará a valer hasta 125 dólares. En alguno de los bailes que contarán con la presencia de las dos primeras parejas del país se espera la asistencia de unas 65.000 personas.

Más de un millar de medios de comunicación, con cerca de 15.000 periodistas, están acreditados para cubrir este cambio de Administración. Alimentar a todos los reporteros durante las largas horas de espera a las que se verán condenados costará alrededor de un millón de dólares.

El lunes, la Universidad de Georgetown, en la que Clinton realizó sus estudios, ha convocado una recepción para que el nuevo presidente se reúna con los embajadores acreditados en Washington y con los invitados extranjeros.

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