_
_
_
_

Sadam se pliega en el último momento a las exigencias de Bush

El presidente de Estados Unidos, George Bush, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dieron ayer un nuevo ultimátum a Irak para que cumpliese con una de las resoluciones de la ONU, pero el Gobierno de Bagdad contestó positivamente antes de que expirase el plazo. La reacción iraquí evitó el peligro inminente de un nuevo ataque de la coalición internacional, pero la situación en la zona sigue siendo muy fluida y abierta a nuevos riesgos militares en cualquier momento. El portavoz de la Comisión de Desarme de las Naciones Unidas, Tim Trevan, rechazó anoche que la negativa de Bagdad a garantizar la seguridad de sus vuelos, por lo que presentará un nuevo plan, que puede concretarse con un primer vuelo el próximo domingo.

Más información
Los gobiernos del Golfo instan a los iraquíes a que
Los marinos del 'Kitty Hawk' colocan nuevas bombas

El presidente norteamericano anunció al mediodía de ayer, antes de iniciar su fin de semana en Camp David, que el Gobierno iraquí tenía de plazo hasta las cuatro de la tarde de ese mismo día (medianoche en Bagdad) para permitir el aterrizaje del avión que transporta a los observadores de las Naciones Unidas.Bush advirtió que la coalición internacional que participó en el bombardeo contra misiles del sur de Irak el pasado miércoles estaba lista para "cumplir con su obligación" si el presidente iraquí, Sadam Hussein no atendía este nuevo ultimátum. La misma advertencia le fue hecha en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, al embajador iraquí, Nizar Hamdoon, por parte de sus colegas de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia.

Alrededor de una hora antes de que expirase el plazo, el embajador Hamdoon comunicó a los miembros del Consejo de Seguridad que su Gobierno había concedido ya autorización para el aterrizaje de los observadores de la ONU. Un portavoz oficial en Bagdad hizo también una declaración en el mismo sentido.

La traducción oficial del texto iraquí reza: "Irak no tiene inconveniente en aceptar su exigencia. Pero Irak subraya que no podrá ser considerado responsable en caso de que, Dios no lo quiera, sobreviniera un error o una confusión".

En realidad, el Gobierno iraquí se había comprometido a permitir el uso por parte de los observadores de sus propios aviones de la ONU inmediatamente después del bombardeo del pasado miércoles. Sin embargo, las autoridades iraquíes advirtieron ayer que no se hacían responsables de la seguridad de los observadores debido á las condiciones de guerra en que se encontraba la zona.

Este nuevo incidente, que coincidió con informaciones procedentes de Bagdad sobre el uso de la artillería antiaérea iraquí contra objetivos en el sur del país, demuestra la fragilidad de la situación en el Golfo.

Unas 70 personas de Naciones Unidas, expertos en armas químicas, tripulantes de los helicópteros que utilizan para sus misiones de inspección y técnicos, se encontraban ayer bloqueados en el cercano emirato de Bahrein, a la espera de que Bagdad permitiese aterrizar al avión de la organización internacional en el que se desplazan. Ante la negativa iraquí a garantizar la seguridad de los vuelos, la ONU estudia un nuevo plan que puede iniciarse el próximo domingo.

Recuento de objetivos

Mientras tanto, el recuento de los objetivos alcanzados por las tropas aliadas durante el bombardeo a Irak ha hecho que se ponga en duda el éxito que inicialmente se adjudicó a la operación. Sólo una de las cuatro baterías móviles que estaba previsto destruir fue alcanzada y otra ¿le las bombas cayó sobre un bloque de viviendas cercano a la sureña ciudad de Basora, a más de una milla del blanco previsto. La Administración Bush manifestó ayer que la operación había sido un triunfo político y militar aunque reconoció que se había fallado en la tercera parte de los objetivos establecidos. Algunos cargos militares han declarado, manteniendo el anonimato, que los resultados han sido decepcionantes debido a las malas condiciones climatológicas y a las tácticas empleadas para tratar de reducir al máximo el riesgo de bajas entre los norteamericanos.

Entre los objetivos militares resueltos con más éxito están los ataques aéreos de dos F-15E contra Tallil, una de las bases de coordinación más importantes.

Ni siquiera el secretario de Defensa, Richard Cheney, se atreve a apostar sobre si se ha conseguido con éxito el efecto político previsto. El portavoz del Pentágono comparó el bombardeo del miercóles recordando que si la Guerra del Golfo había sido descrita como "Madre de todas las Batallas", esta última operación no era ni "un primo segundo".

El secretario de Estado interi no, Lawrence Eagleburger, manifestó que no se atrevía a asegurar si el ataque de esta semana iba a ser suficiente para disuadir al presidente Sadam Husein, de continuar con su actitud. Eagleburger añadió que incluso espera que el presidente iraquí vuelva a retar a EE UU tan pronto como Bill Clinton tome posesión como presidente: "Podría apostar que lo hará, tratará de presionar a Clinton durante el primer mes de su mandato", dijo.

Estados Unidos quiere estar preparado en caso de que esta posibilidad se produzca. Alrededor de 800 miembros de la División de Fort Hood en Tejas salieron el pasado jueves con destino a Kuwait. Algunos de los hombres enviados al país fronterizo con Irak, habían participado en el contingente de 26.000 soldados de este mismo cuartel que fueron enviados a la zona durante la guerra del Golfo.

Kuwait es una de las áreas más vulnerables para una respuesta militar por parte del Gobierno de Bagdad y en la actualidad no se encontraba suficientemente protegida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_