EE UU culpa a Savimbi de la guerra en Angola
El líder de la UNITA -Unión para la Independencia Total de Angola-, Jonas Savimbi, se enfrenta al aislamiento internacional, tras los comunicados emitidos por EE UU, Portugal y Rusia que los responsabilizan de la reanudación de la guerra civil en su país. En el interior, Savimbi se encuentra duramente castigado por la contraofensiva militar de¡ Gobierno de Luanda que ayer anunció la toma de la ciudad de Luanda, en el centro del país.
Durante el pasado fin de semana, EE UU, Portugal y Rusia, los tres países que patrocinaron los acuerdos de paz de Estoril en mayo de 1991, han divulgado una serie de comunicados en los que atribuyen a la UNITA y a su rechazo de los resultados de las elecciones del pasado 30 de septiembre que le fueron desfavorables, la reanudación de los enfrentamientos armados que ahora se desarrollan en todas las provincias del este y sur del país.EE UU, a quien Jonas Savimbi había dirigido la semana pasada un angustia do llamamiento para que organice un encuentro entre jefes militares del Ejército angoleño y de la guerrilla, ha hecho saber que no quiere ser "cómplice del golpe de fuerza de la UNITA para ignorar el resultado de los comicios". Hasta el pasado año, EE UU había sido uno de los principales soportes económicos de la UNITA.
Ligeramente diferente es la postura del Gobierno de Lisboa, preocupado por la suerte de varios portugueses hechos rehenes por el movimiento guerrillero de Savimbi. Portugal ha vuelto a ofrecer sus buenos oficios para restablecer el diálogo entre las facciones angoleñas y buscar una solución política al conflicto.
El Ministerio de Exteriores luso ha manifestado que ya no se trata de negociar un acuerdo de paz, sino de cumplir los compromisos ya pactados y hacer respetar la legalidad. "Ningún Gobierno legítimo podría tolerar que su autoridad sea paulatinamente eliminada en cerca del 80% del país como estaba ocurriendo en Angola", dijo un diplomático portugués al referirse a la ofensiva iniciada por la UNITA tras las elecciones celebradas bajo control de la ONU.
Portugal está intentando impedir la retirada de Angola del contingente de las Naciones Unidas (UNAVEM II) cuyo mandato ya fue prolongado dos veces y, expira el 31 de enero. El secretario general de la ONU, Butros Gali, amenazó hace una semana con "volver a analizar" el papel de la ONU en la ex colonia portuguesa si las dos facciones en lucha no cesaban inmediatamente los combates. Además, su representante permanente en Luanda, la británica Margaret Anstee, dice que dejaron de existir las condiciones políticas y de seguridad necesarias para que los cascos azules puedan seguir desempeñando su mandato.
En efecto, desde el inicio de noviembre los efectivos de la UNAVEM II se han venido enfrentando, de forma sistemática, a obstáculos para realizar misiones de observación sobre el terreno. Un helicóptero de la ONU fue abatido el viernes pasado en el altiplano central.
Las fuerzas gubernamentales han retomado oficialmente el control y expulsado a los militares de la UNITA de las capitales de las provincias del sur y del litoral. Ayer, fue el turno de Luena, la capital de la provincia de Moxico, donde los combates habían comenzado el domingo.
El plazo dado por el Gobierno de Luanda a la UNITA para que retire sus fuerzas militares de las ciudades que aún ocupa y regrese a los acuartelamientos donde estaban concentradas antes de las elecciones expira mañana. A partir de esta fecha, el Parlamento será llamado a decretar el estado de emergencia. La declaración de guerra permitiría la utilización del nuevo Ejército Nacional angoleño contra las posiciones de la guerrilla. De momento, sólo han entrado en combate los efectivos de la Policía Nacional adiestrada y equipada por España.
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