El pueblo de París se despide de Nureyev en la vieja Ópera
Los restos del bailarín serán enterrados hoy en Sainte-Geneviéve-des-Bois
Largas colas se formaron ayer en el palacio Garnier para despedir al bailarín Rudolf Nureyev, fallecido en París el pasado 6 de enero a causa del sida. Una gran foto en blanco y negro mostrando a un Nureyev tocado con su eterno turbante presidió la ceremonia de despedida popular. Cientos de personas firmaron en los cuatro grandes libros dispuestos en el que fue escenario del primer gran triunfo en Occidente del bailarín.
Los parisienses inscribieron numerosas fórmulas de homenaje al artista desparecido. "Qué silencio y qué ausencia", escribió alguien. "Te has reunido con los más grandes en un reino en el que bailarás para siempre", garabateó otro. Un dibujante usó dos páginas del libro para esbozar a un Nureyev bailando.Los fotógrafos que esperaron durante horas la llegada de algún famoso volvieron a sus redacciones con los carretes en blanco. Los parientes y amigos del bailarín, así como numerosas personalidades del mundo de las letras y el espectáculo, se despedirán de Nureyev en la mañana de hoy en el palacio Garnier. Jack Lang, ministro francés de Cultura, será el gran oficiante de la ceremonia.
Cuatro lenguas resonarán en la sede de la vieja ópera de París. Diversos actores leerán textos de Pushkin en ruso, de Byron en inglés, de Miguel Ángel en italiano y de Rimbaud en francés. Los músicos de la ópera de París interpretarán extractos de Chaikovski y Bach.
Tras esta ceremonia, los restos mortales del bailarín serán trasladados al cementerio ruso de Sainte-Geneviéve-des-Bois. Nureyev será inhumado a una veintena de metros de la tumba del coreógrafo Serge Lifar, y delante de la de un coronel del Ejército zarista. El Gobierno francés ha tenido que negociar duramente con el Ayuntamiento comunista de Sainte-Geneviéve-des-Bois, reacio a ampliar este cementerio, ocupado por las tumbas de 7.000 rusos fallecidos en Francia tras huir de la revolución bolchevique.
El primer ruso enterrado allí fue un general del Ejército imperial; el último, el cineasta André Tarkovsky. El camposanto contiene un monumento a los cosacos del Ejército de Nicolás II y el sepulcro del príncipe Yusupov, que en 1916 liberó a Rusia del siniestro Rasputín.
Babelia
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