Acuerdo necesario en la siderurgia
EL ACUERDO pactado la pasada semana entre la UGT (con el respaldo posterior de USO, ELASTV y la Asociación de Cuadros) y el Ministerio de Industria, respecto a la cobertura de los excedentes laborales que va a provocar el plan de ajuste de la siderurgia integral, ha supuesto la ruptura de la unidad de acción entre las dos grandes centrales del sector. El plan, que habrá (le ser discutido el mes próximo por el Consejo de Ministros de Industria de la Comunidad Europea (CE), contempla reducir la producción anual de 5,6 a 4,5 millones de toneladas, y la plantilla de trabajadores, de 25.000 a 15.000. El acuerdo defendido por UGT eleva la cobertura del 77% al 79% del salario bruto, con una actualización del 3,5% (en lugar del 3% previsto en la oferta anterior), y retrasa la edad de jubilación de los 60 a los 65 años.El secretario general de la Federación del Metal de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, ha acusado al ministerio de haber engañado a los sindicatos con el fin de dividirlos, y aduce como prueba un documento de la Comisión Europea en el que se habla de una reducción suplementaria de empleos, especialmente de administración, como consecuencia de la fusión entre Ensidesa y Altos Hornos para integrarse en el holding Corporación de la Siderurgia Integral (CSI), cuyo único accionista es el Estado. El documento es del 5 de octubre: anterior, por tanto, a la reunión del Consejo de Ministros de Industria que el pasado 24 de noviembre acordó aplazar hasta febrero la decisión sobre el plan de reestructuración presentado por España. El ministerio sostiene que esa reducción adicional es una pretensión del plan presentado por el comisario británico, Leon Brittan, pero que no está contemplada en el plan que defenderá la representación española el 24 de febrero próximo. De no reabrirse las negociaciones, CC OO propondrá nuevas movilizaciones.
Los sindicatos se han visto abocados a elegir entre lo malo y lo peor, pero, si prevalece la actitud de CC OO, ni siquiera habrá oportunidad de optar. El problema de la siderurgia en Europa no es fundamentalmente de productividad, sino de exceso de producción para una demanda decreciente: los productos siderúrgicos son sustituidos por plásticos, más baratos, lo que ha determinado que el consumo europeo de acero, por ejemplo, se haya reducido desde 1990 en un 10%. Además hay un problema de competencia por la presión de los países del Este y del Tercer Mundo: De ahí los planes de reestructuración emprendidos en los principales países de la Comunidad, que supondrán la pérdida de más de 50.000 empleos en el sector en los próximos meses.
En los dos últimos años las dos empresas ahora integradas en la corporación siderúrgica perdieron unos 120.000 millones de pesetas. El plan que Aranzadi defenderá en Bruselas requiere una inversión industrial directa de 169.000 millones, pero el coste total de la reconversión se eleva a más de 600.000 millones, resultado de sumar a la cantidad anterior las correspondientes a inversiones comerciales, amortización de activos y cobertura de las 10.000 bajas laborales por el procedimiento de jubilaciones anticipadas. Tan fuerte desembolso sólo es justificable, en un país con muchos otros trabajadores condenados al paro y en condiciones bastante peores, si hay garantías de viabilidad del sector.
Frente a esa realidad, las visiones corporativas o de: rivalidad regional -sobre quién sufre más- resultan poco útiles. Si los representantes de todos los demás socios comunitarios, con la excepción de Italia, anunciaron su oposición al plan de la corporación es porque las grandes multinacionales presionan a sus Gobiernos para evitar la competencia que supondría una siderurgia española saneada. Pensar que esos problemas pueden resolverse con movilizaciones es estar fuera de la realidad.
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