Irak mueve sus misiles tras asegurar que responderá si hay un ataque de los aliados
Bagdad juró ayer ignorar el ultimátum aliado para el desmantelamiento de sus baterías antiaéreas en el Sur, pero todos los indicios apuntaban a que había cambiado el emplazamiento de sus misiles. Lo que no estaba claro para las potencias occidentales que habían amenazado descargar su puño contra Sadam Husein era en qué dirección. Declaraciones efectuadas horas antes del vencimiento del plazo fijado por Washington habían aumentado dramáticamente la posibilidad de una nueva operación militar en el Golfo. "Irak no hará caso al ultimátum de Occidente y confirma su derecho de mantener sus bases de defensa aérea donde están", dijo el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz. Pero al cierre de esta edición las armas seguían en silencio.
La hora límite impuesta por Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Rusia a Irak para que retirara sus misiles instalados debajo del paralelo 32 (las 23.30, hora peninsular española) transcurrió sin ninguna evidencia clara de que Sadam Husein había cumplido las exigencias occidentales. La televisión iraquí terminó su programación de ayer de la forma habitual y la radio estatal repitió el llamamiento a desafiar las demandas occidentales. La agencia oficial de noticias iraquí (INA), por su parte, cerró sus servicios del jueves sin ninguna referencia a que Bagdad podría dar marcha atrás ante el ultimátum encabezado por Estados Unidos.En algunas gasolineras de la capital iraquí se formaron pequeñas colas a última hora del jueves, antes de que se cumpliera el plazo del ultimátum. Sin embargo, la mayoría de los habitantes de Bagdad no mostraba signos de que esperasen un ataque militar. Algunas personas entrevistadas por Reuter minutos antes de las 23.30 horas aseguraron que no tenían la sensación de estar viviendo las mismas horas que durante la guerra del Golfo, en 1991. "¿Qué puede pasar? Ellos [las potencias occidentales] no pueden bombardear Bagdad como hicieron durante la guerra del Golfo", señaló uno de los interrogados.El viceprimer ministro Tarek Aziz señaló al término de una reunión de urgencia del Gabinete iraquí: "SI estas bases son atacadas, Irak responderá a esa agresión". El Parlamento también rechazó el ultimátum. La agencia de noticias iraquí INA informó que la reunión gubernamental, convocada por el primer ministro Mohamed Hamza al-Zubaidi para estudiar "el desesperado intento norteamericano de violar la soberanía y la independenia iraquíes", dio pleno apoyo a la decisión de Sadam Husein de "enfrentarse a esta nueva y flagrante agresión norteamericana, que está condenada al fracaso gracias a la unidad del pueblo iraquí".
Actitud desafianteLa invariable actitud desafiante de Bagdad echó por tierra la difundida teoría de que el presidente iraquí iba a dar marcha atrás en el último momento. Irak fue conminado el miércoles a retirar los misiles antiaéreos SAM2 y SAM-3 emplazados ligeramente al sur del paralelo 32, en la "zona de exclusión aérea" impuesta por los aliados el 27 de agosto pasado para proteger a los rebeldes shiíes.
Al describir el ultimátum como "una amenaza descarada e histérica", el diario gubernamental Al-Thawra sugirió ayer que un . enfrentamiento en el Golfo es inminente. "Irak continuará velando por su soberanía en todo su territorio y salvaguardará con todos los medios a su alcance su derecho a la autodefensa frente a las amenazas de Irán o de los aliados". El editorial afirmaba que los aliados estaban "histéricos por no haber logrado despedazar Irak" mediante la guerra. El conflicto de 1991 "así como las subsiguientes conjuras de los aliados han hecho que Irak alcance los máximos niveles de preparación y le han dado experiencia para enfrentarse a los agresores", dijo el diario."Más que nunca, el heroico Ejército iraquí está preparado para un potencial enfrentamiento", añadio Al-Thawra. Capitaneados por Washington y apoyados por Moscú, los aliados dieron el miércoles un plazo de 48 horas para que Bagdad retire sus misiles anti-aéreos o se atenga a las consecuencias. China, que también forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU, es la única potencia que ha expresado reservas y su "preocupación" por el ultimátum.Bagdad sostiene que la imposición de la "zona de exclusión aérea" es ilegal pues no existe mandato específico de la ONU, aspecto este último reiterado por la propia ONU.Los Gobiernos árabes, incluso aquellos que se sumaron a la campaña aliada para expulsar a los iraquíes de Kuwait, mantuvieron silencio. Lo propio hicieron aquellos que denunciaron la guerra del Golfo como una maniobra occidental para perpetuar el control de EE UU en la zona. Horas antes de vencer el plazo, Irak estaba solo, sin más arengas que las palabras de sus dirigentes. Pero éstas tampoco consiguieron movilizar a los iraquíes, que acudieron a las mezquitas para las oraciones de los viernes. No hubo manifestaciones espontáneas de apoyo al régimen.
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