Washington detecta "un significativo movimiento de los misiles y cree que han sido retirados
El Gobierno norteamericano detectó, minutos antes de cumplirse el plazo concedido a Irak para retirar los misiles antiaéreos, "un significativo movimiento" de retorno" de esas armas a emplazamientos al norte del paralelo 32, lo que, de confirmarse oficialmente, supera la amenaza de un nuevo conflicto en el Golfo. Estados Unidos no ha podido esclarecer por completo la retirada de los misiles, pero todo indica que el bombardeo previsto para la pasada madrugada podría, cuando menos, retrasarse. Las malas condiciones climáticas, con lluvia y nubes bajas, impidieron evaluar con certeza la situación en tierra.
Justo a la hora Fijada por el ultimátum, las 23.30 hora de Madrid, el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, emitió un comunicado por escrito en el que señalaba que se había producido "un gran movimiento que afectaba a los misiles tierra-aire especificados en la advertencia hecha el 6 de enero". El comunicado de Fitzwater añadía que no se habían registrado en los dos últimos días vuelos de aviones iraquíes al sur del paralelo 32, pero advertía que el Gobierno norteamericano estaba anoche todavía "en proceso de determinar si Irak ha cumplido o no con las demandas de la coalición internacional".La cadena de televisión CNN precisó, citando fuentes del Pentágono que no querían ser identificadas, que los objetivos que debían ser atacados por los aviones de la coalición internacional habían sido retirados de los emplazamientos en que se encontraban. Esas fuentes no garantizaban, sin embargo, que el peligro de un ataque hubiera desaparecido por completo, ya que tampoco eran capaces de precisar la localización de los misiles.
Un par de horas antes de que expirase el plazo establecido el día de Reyes, varios aparatos F14, F-15, F-16 y F-18 partieron del portaaviones Kitty Hawk en una misión de reconocimiento dificultada por la lluvia que caía en esos momentos. Las malas condiciones atmosféricas complicaron extraordinariamente la labor de localización de los misiles y, en el que caso de que fuese necesaria una operación militar, también la harían mucho más complicada.
Oficialmente, el Gobierno norteamericano no quiere dar la situación por resuelta del todo. Hasta ahora, lo que ha ocurrido es que los misiles que iban a ser atacados no están en el lugar en el que estaban, pero eso no asegura que todos hayan sido trasladados fuera del área prohibida por Estados Unidos.
El presidente George Bush, que ayer se reunió con sus principales colaboradores en materia de seguridad antes de iniciar su descanso de fin de semana en Camp David, aseguró que estaba decidido a hacer que Sadam Husein cumpliera con las condiciones de la ONU y de la coalición internacional. Cerca de200 aviones de EE UU, Francia y el Reino Unido se encuentran en la zona, especialmente en bases de Arabia Saudí, dispuestos a destruir las baterías de misiles iraquíes.
El presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, reiteró ayer, al término de una reunión con el presidente mexicano, Carlos Salinas, que su posición sobre el conflicto de los misiles iraquíes era "idéntica" a la de la Administración de Bush y que estaba dispuesto a apoyar al actual presidente en el caso de que fuese necesaria una intervención militar. George Bush había recibido también para esta operación el apoyo de los principales dirigentes del Congreso.Sin previo aviso
A falta de una explicación iraquí, resulta todavía incierto qué es lo que ha ocurrido en las últimas horas al sur del paralelo 32. Hasta ahora, Bagdad se negaba a cumplir con las exigencias de la coalición internacional. Sin embargo, aparentemente, los misiles no están. Si estas armas no han sido retiradas sino, únicamente, desplazadas a otro lugar, es muy probable que los aviones norteamericanos las ataquen sin previo aviso.Si los misiles han sido retirados, como parece, el presidente Bush se puede dar por satisfecho de que su firmeza haya servido, una vez más, para retorcer el brazo de los iraquíes y eliminar riesgos militares en el Golfo. Su objetivo está cumplido: Sadam Husein ha sido humillado otra vez, ahora sin disparar un solo tiro.
El presidente electo Clinton, que tomará posesión el próximo día 20, también sale beneficiado de la solución del problema sin necesidad de usar la fuerza. Este suceso, unido a la intervención en Somalia y a los riesgos de una actuación militar en Bosnia, amenazaba con darle un color excesivamente belicista al comienzo de una Administración que pretende estar volcada prioritariamente en los problemas domésticos.
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