Los partidos que apoyaron a Violeta Chamorro acusan a la presidenta nicaragüense de traición y piden que dimita
La presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro, ha sido acusada de alta traición y conminada a presentar su dimisión por la mayoría de los partidos de la Unión Nacional Opositora (UNO), coalición que la llevó al poder y con la que mantiene fuertes diferencias sobre la forma de gobernar el país.La UNO se ha declarado en rebeldía y ha sugerido a Chamorro que entregue el poder al vicepresidente, Virgilio Godoy, de orientación ultraconsevadora y apartado actualmente de la tareas de gobierno.
Las protestas y manifestaciones contra Chamorro han cobrado fuerza en el país centroamericano desde que el pasado 29 de diciembre la presidenta nicaragüense decidiera cerrar el Parlamento y disolver la actual presidencia de la Cámara. Chamorro justificó su decisión amparándose en una resolución judicial que declaraba nulo todo lo decidido por la Cámara desde el 2 de septiembre.
El presidente de la Asamblea era hasta ahora el diputado Alfredo César, a quien Chamorro culpa de agitar el país y de hacerlo ingobernable boicoteando todos sus proyectos desde la Asamblea Nacional. El Parlamento, que había concluido su período de sesiones correspondiente a 1992 el pasado 15 de diciembre, está ahora bajo custodia del Ejército, si bien ya desde antes estaba incapacitado legalmente para legislar por la citada resolución judicial, César lidera desde hace más de un año una campaña de acoso contra el Gobierno de Chamorro y de su yerno Antonio Lacayo, ministro de la Presidencia, a quienes considera entregados a los sandinistas.
La presidenta, tras ordenar el cierre de la Asamblea Nacional, nombró una nueva mesa directiva provisional con instrucciones para preparar la sesión inaugural del nuevo período legislativo. Esta mesa provisional se encargará a su vez de organizar las elecciones para la presidencia de la Cámara, inicialmente previstas para mañana sábado.
César, por su parte, intentó el martes entrar en el Parlamento y fue expulsado por el Ejército, lo que motivó que el miércoles todos los sectores contrarios a Chamorro, a los que se unieron alcaldes y representantes de la UNO en todo el país, se manifestaran por las calles de Managua y conminaran, mediante una proclama, a la presidenta a traspasar el poder a Godoy, después de calificar su actuación de dictatorial y de golpe de Estado contra el Parlamento. "Hay que terminar con el pacto Chamorro-Ortega [líder del Frente Sandinista] y comenzar a defender el proceso democrático logrado después del 25 de abril", dijo ante los manifestantes Wilfredo Navarro, presidente del Partido Liberal Independiente (PLI).
Antonio Lacayo calificó de "desequilibrado" a Navarro, por instar a los nicaragüenses a exigir la reducción del período presidencial de Violeta Chamorro que concluye en 1996.
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