Gali advierte a los clanes de Somalia que si no hay acuerdo, el mundo les dará la espalda
Las negociaciones entre clanes rivales somalíes para acordar la fecha y el lugar de celebración de una conferencia de reconciliación nacional prosiguieron ayer, por tercer día consecutivo, en la capital etíope, Addis Abeba, ante la impaciencia del secretario general de las Naciones Unidas, Butros Gali. Gali advirtió a los contendientes que el mundo puede darles la espalda si no llegan a un acuerdo.
Al igual que ocurre en la capital somalí, dividida entre los seguidores de Mohamed Farrah Mdid y los de Alí Mahdi Mohamed, los diferentes clanes que participan en esta reunión auspiciada por la ONU en Addis Abeba se han alineado en uno de los dos bandos, con una actitud que estuvo a punto de hacer fracasar las negociaciones el martes.A la vista de la situación, Butros Gali, que tenía previsto viajar ayer a la provincia etíope de Eritrea, advirtió a las delegaciones somalíes que la comunidad internacional no tiene ya ningún interés estratégico en Somalia y, por tanto, "puede fácilmente olvidarse en 24 horas" de ese país.
Razones humanitarias
"Una vez que la guerra fría ha terminado nadie está interesado ya en los pobres países africanos", señaló el secretario general de las Naciones Unidas, que recordó que Estados Unidos, que ha enviado 24.000 soldados a Somalia, "lo ha hecho por razones humanitarias y no por intereses políticos".
La Alianza Nacional Somalí, dirigida por Farrah Aidid, reiteró el martes sus críticas contra la ONU y el propio Gali por lo que calificó su "incomprensión" de los problemas somalíes. Para la mayoría de los observadores, Adid se niega a aceptar el desarme de todos los grupos rivales por temor a perder las zonas que tiene bajo su control.
Por otra parte, las tropas norteamericanas dieron muerte en la' noche del martes al miércoles a dos hombres armados en dos incidentes separados. Un portavoz del Ejército norteamericano, el capitán Joe Davis, dijo que un grupo de reconocimiento de los marínes fue atacado en la noche del martes en la ciudad de Afgoi, 40 kilómetros al oeste de Somalia. "Los marines devolvieron el fuego e hirieron a uno de los atacantes". Horas antes, un tirador norteamericano disparó y "casi con toda certeza" mató a otro somalí armado, que había disparado contra un grupo de soldados que custodiaban un edificio del norte de la capital.
Los marínes instalaron ayer un nuevo cuartel en un complejo deportivo liberado en la línea verde que divide Mogadiscio, en una nueva demostración de fuerza para intimidar a las facciones rivales y a los francotiradores. Poco después de que 1.200 soldados, apoyados de blindados, ocupasen un estadio, se produjo un fuerte tiroteo entre facciones rivales somalíes en esa zona próxima a la embajada de EE UU.
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