_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

1993

Rosa Montero

Al llegar estas fechas, a los humanos nos suele dar la fiebre de ordenar nuestras vidas. Es ahora cuando somos conscientes de estar subiendo la cuesta de nuestro futuro; y hacemos balances de resultados y nos llenamos de propósitos de enmienda nobilísimos que duran muy poco. Sin embargo, yo quisiera aprovechar este arrebato de buena voluntad que ahora sentimos para pedirle algo al año entrante.Cada dos segundos muere un niño en el mundo a causa del hambre y la miseria. Es tan atroz la situación en los países pobres que cualquier frase descriptiva del asunto (como las que estoy usando en este artículo) suena a demagogia. Pero por debajo de las frases gastadas están las personas: carne y deseos, una identidad y un sufrimiento. Y resulta que ese dolor tiene remedio. Según un reciente estudio de la Unicef, los problemas de los niños en el mundo se solucionarían con sólo 2,7 billones de pesetas anuales. Una fruslería para los países poderosos: cada año los europeos nos gastamos en vino bastante más que eso, por ejemplo.

No quiero decir con esto que tengamos que reducir nuestra ración de vino (lo cual, por otra parte, tampoco me parece tan horripilante si lo comparamos con las hambrunas), sino que hay que aumentar nuestro sentido de solidaridad y responsabilidad hacia los países deprimidos. Mil millones de personas somos 150 veces más ricas que los mil millones más pobres. Habrá que exigir, pues, que se aumente el presupuesto de cooperación y ayuda al Tercer Mundo. Porque ese dinero salva vidas. Hay maneras de detener el horror, de aminorarlo; si consiguiéramos rebajar en algo la indecible miseria mundial, este año del 93 ya sería un éxito. Pero hay que darse prisa: en lo que usted ha tardado en leer este artículo han debido de morir unos 60 niños.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_