Egipto promueve un frente contra el integrismo musulmán

Egipto está empeñado en forjar una santa alianza panislámica para contener la ola de integrismo religioso que inquieta, cada vez más, a los regímenes conservadores del mundo musulmán y a Occidente. El primer paso en esa dirección será una gran reunión de ministros y dirigentes islámicos de un centenar de países con población musulmana en El Cairo, el próximo día 19, que podría inaugurar la primera acción conjunta contra el incendiario, mensaje radical lanzado por las mezquitas desde el norte de África hasta Asia.

El Gobierno prooccidental y laico del presidente egipcio, Hosni Mubarak, aprovechará la ocasión para lanzar una "campana de ilustración islámica" con el fin de contrarrestar la creciente influencia del radicalismo islámico. El esfuerzo refleja la enorme preocupación de El Cairo frente al abierto desafío de grupos fundamentalistas que han intensificado sus operaciones con costosos ataques contra la industria turística, vital para la tambaleante economía egipcia.La estrategia cairota apunta a demonizar las corrientes integristas y encauzar a los 58 millones de egipcios por la senda de la tolerancia y la moderación.

Mohamed Mahjub, ministro de Asuntos Religiosos de Egipto, declaró esta semana que el Gobierno espera que la reunión produzca una "declaración de El Cairo" que destaque el "carácter moderado del pensamiento islámico" y condene en los términos más enérgicos "el terrorismo, el extremismo y el atraso". Según fuentes políticas en El Cairo, Egipto, el más estridente antagonista árabe de Irán, asumiría la responsabilidad de "coordinar" actividades con otros países musulmanes alarmados por la expansión de la revolución islámica fomentada por Teherán.

"Existen varios factores interesados en distorsionar la imagen del Islam en Egipto y en sembrar confusión mediante una invasión ideológica; la falta de verdaderos eruditos islámicos está contribuyendo a ella", declaró el ministro al diario semi-oficial Al-Ahram. "Los púlpitos (de las mezquitas) están siendo cedidos a los que destilan veneno", agregó.

Mahjub anunció que su despacho proyecta transformar 300 mezquitas en centros religiosos equipados de bibliotecas y materiales educativos para contrarrestar la acción de aquellos cuya interpretación errónea del Islam conduce a "sembrar la ignorancia, el atraso y los prejuicios".

A juzgar por las declaraciones de Mahjub, el Gobierno egipcio quiere asumir el control total de las instituciones religiosas, a las que considera como trincheras de extremistas que luchan por el establecimiento de un califato en la nación árabe mas populosa del planeta. El proyecto incluye el cierre de todas las mezquitas al término de la última oración del día, la prohibición de todo tipo de reuniones secretas, así corno la implantación de un régimen mediante el cual todo académico religioso deberá someter anticipadamente sus lecciones a las autoridades gubernamentales. "En todo Egipto no quedará una sola mezquita, un solo rincón de una mezquita, fuera del control del ministerio de Asuntos Religiosos, ya sea en lo que se refiere a los sermones o como a las lecciones", dijo Mahjub.

Sus declaraciones fueron publicadas antes de su partida a Túnez, donde llevó un mensaje de Mubarak para el presidente Zine Al-Abidine Ben Alí y en el cual Egipto propone formalmente una coordinación de políticas en la lucha contra los extremistas musulmanes. El jueves, la campaña policial contra militantes musulmanes produjo 145 arrestos.