El canal de Castilla, 200 años de navegación

El canal de Castilla, una de las más importantes obras de ingeniería hidráulica en Europa en el siglo XVIII, que a lo largo de 207 kilómetros recorre las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, conmemora este año el 200º aniversario del comienzo de la navegación y la explotación comercial. Una edición especial recoge por primera vez los dibujos y los planos realizados por el ingeniero Juan de Homar en 1806, que se conservan en el archivo del Palacio Real.

Juan de Homar, ingeniero director de las obras del canal de Castilla entre 1785 y 1805, dibujó al año siguiente con minuciosidad el documento gráfico más completo sobre los distintos tramos, con detalles técnicos de las esclusas, puentes y acueductos, y de los nuevos asentamientos urbanos. En el archivo del Palacio Real de Madrid se conserva un plano y los perfiles del canal en una carpeta con 18 planos.El Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU), del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, ha rescatado los planos de Homar para conmemorar los 200 años del inicio de la navegación. El libro El canal de Castilla, cartografía de un proyecto ilustrado, incluye los dibujos y un ensayo de Juan Helguera. De esta edición, 500 ejemplares serán las Felices Pascuas del ministro José Borrell y los 1.500 restantes se pondrán en breve a la venta, a 6.000 pesetas ejemplar.

Juan Helguera, de 42 años, profesor de Historia Económica en la Universidad de Valladolid, experto en las industrias estatales y obras públicas del siglo XVIII y autor de una monografía sobre el canal de Castilla, ha estudiado para esta edición la figura de Juan de Homar, el proyecto general de los canales, su construcción, navegación, el aprovechamiento industrial y las nuevas poblaciones.

Ilustrados

El canal de Castilla, concebido por los ilustrados del siglo XVIII para redimir la región castellana de su aislamiento, a través de una vía de navegación interior, por el norte hacia el mar, por el sur hacia Madrid, se empezó a construir en 1753, tres años antes que el primer canal inglés. Tiene 207 kilómetros, con el ramal del norte (Alar del Rey-El Serrón), ramal del sur (El Serrón-Valladolid) y el ramal de Campos (hasta Medina de Rioseco). "Es una obra hidráulica pionera, contemporánea de la primera revolución de los transportes (canales y carreteras pavimentadas), que no se concluyó, y sólo parte de su proyecto hasta la segunda revolución, con los ferrocarriles de mediados del XIV", declaró a este diario Juan Helguera. Testimonios de su historia son los grupos de esclusas unidas de Fromista, la gran presa de retención de Herrera de Pisuerga o el acueducto de Abanades. "El problema estructural del canal ha sido hacer compatible su objetivo inicial de la navegación con otros posteriores, como el regadío. Un canal de navegación requiere poco caudal, y cuando cesó la navegación, entre 1955 y 1960, fue preciso aumentar el caudal, con lo que se alteraron de forma irreversible y muy grave muchas de las obras de ingeniería, como las presas, las esclusas o los puentes. El patrimonio industrial también sufrió mucho con la destrucción de los astilleros, barcos, fábricas y maquinarias".La Confederación Hidrográfica del Duero, propietaria del canal, conserva objetos y un archivo en Valladolid, materiales para un futuro museo. Se han realizado intervenciones parciales en dársena y almacenes, se ha mostrado su historia en exposiciones y libros, y existe interés por abrir una zona a la navegación turística. "Es utópico abrir todo el canal a la navegación manteniendo el uso actual de regadío a más de 20.000 hectáreas y abastecimiento, pero es posible rehabilitar la mayor parte de los edificios industriales".

El libro está editado por el CEHOPU, cuyo centro de Madrid dispone de una biblioteca de 3.000 volúmenes para la investigación de las obras públicas, que llevará el nombre de Juan García Hortelano, en homenaje y recuerdo del escritor que trabajó ocho años como secretario del consejo del CEHOPU y editor de sus libros.