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El día que Argelia se partió en dos

Se cumple un año del triunfo electoral integrista que cambió el rumbo del país

Vi rezar al primer ministro argelino Sid Ahmed Gozali, con inusitado fervor, justo el día en que Argelia se dividió en dos. Fue durante el crepúsculo del 26 de diciembre de 1991, ahora hace un año. Gozali había permanecido casi toda la jornada en su despacho del palacio de Gobierno, controlando las incidencias de las primeras elecciones legislativas pluripartidistas y democráticas de la nueva Argelia. Por un momento, el jefe de Gobierno abandonó el círculo festivo de sus ministros, se quitó el abrigo, lo extendió en el suelo y se arrodilló sobre él. Oró solo en un rincón, mirando a La Meca, de espaldas a sus compañeros de Gabinete.

Sin duda, en aquellos momentos de intimidad, Sid Ahmed Gozali agradeció a Dios el desarrollo de la jornada electoral. No había habido grandes incidentes. Se había votado con aparente normalidad. Apenas podía disimular la euforia que le producía haber conducido al país a la recta final del largo proceso de democratización.Atrás quedaba la revuelta de junio, el aplazamiento de los comicios, los tres meses de estado de excepción y los primeros brotes de la guerrilla integrista.

Los últimos datos de que disponía vaticinaban una alta participación, un retroceso importante de los integristas del Frente Islámico de Salvación (FIS) respecto a las elecciones locales de junio de 1990 y un reparto equitativo de escaños y votos entre las fuerzas políticas mayoritarias.

Todo permitía predecir un Gobierno de coalición entre el FIS y el Frente de Liberación Nacional (FLN), tal como se había planeado y pactado meses atrás desde la presidencia de la república.

Tres horas después se desvanecían estos proyectos. Los primeros resultados desvelaron el triunfo arrollador del FIS, que sólo en la primera vuelta había logrado colocarse al borde de la mayoría parlamentaria. Le faltaban apenas 40 escaños para obtener el control absoluto de la Cámara.

No habría coalición posible. Los integristas podrían gobernar en solitario. La teoría de los tres tercios FLN, FIS e independientes- se desvanecía a causa de un elevado índice de abastención que rayaba casi en el 50% del censo electoral y a las numerosas manipulaciones en los colegios electorales, controlados desde los municipios integristas.

Política en las mezquitas

Fue entonces cuando Argelia se dividió en dos. Los imames benévolos -seguidores del FIS- subieron a los alminares de las mezquitas y anunciaron la inminente entrada en vigor de la Ley Coránica, el fin de la permisividad, la corrupción y el pecado.Mientras, la otra parte de la sociedad reclamaba aterrorizada la anulación del proceso electoral, la marcha atrás y la intervención del Ejército.

En el centro sólo permanecía un sector testimonial encabezado por el líder socialista Alt Ahmed, que pedía asumir el proceso de democratización hasta sus últimas consecuenclas. Durante 16 días Argelia hizo temblar al Magreb. La respuesta flegó el 11 de enero. También en el crepúsculo. El presidente de la república, Chadli Benyedid, apareció de improviso en la televisión para anunciar su dimisión.

Se propiciaba así un vacío en el poder, que imposibilitaba la celebración de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, la formación del Parlamento y situaba al Ejército en un lugar preeminente. Argelia iniciaba así, ahora hace un año, el proceso de desactivación del integrismo.

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