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La OLP y los palestinos radicales de Hamas forman un frente común contra Israel en Cisjordania y Gaza

Israel teme que el desafío lanzado por los grupos palestinos se traduzca en una intensificación de la violencia en los territorios ocupados. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y los militantes del movimiento integrista islámico Hamas han decidido sepultar años de rivalidad y formar un frente común contra la ocupa ción israelí en Gaza y Cisjordania. La de cisión, anunciada por representantes de Hamas en la capital jordana, Ammán, llega en momento en que el Gobierno israelí se enfrenta a las críticas internas por la deportación de 418 palestinos a tierra de nadie en el sur del Libano, y a un nuevo intento, casi simbólico, por dejar sin efecto la medida.

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El pacto entre la OLP y Hamas fue celebrado ruidosamente en Cisjordania, donde palestinos enmascarados distribuyeron ayer copias de un nuevo comunicado que insta a combatir decididamente contra "la opresión israelí". El documento, que blandían ayer decenas de manifestantes en Nablus, está firmado por la OLP y Hamas y fue la prueba más visible que ambas organizaciones van a responder conjuntamente a la masiva deportación del jueves pasado.La estrategia a seguir va a ser discutida en una reunión conjunta, prevista para el miércoles en el cuartel general de la OLP en Túnez. Hamas, entre tanto, anunció ayer que enviará al encuentro una delegación de alto nivel. En la cita estará también presente la delegación que ha representado a los palestinos en las conversaciones de paz iniciadas hace 14 meses. La cita de Túnez constituirá el primer encuentro de los tres componentes de la política palestina: La OLP, cuya mayoría apoya las negociaciones con Israel, los delegados que actúan en su nombre, y los militantes del Hamas, que se oponen categóricamente a hablar de paz con Israel.

En medios palestinos se pronosticaba ayer que la declaración de Túnez va a forjar una alianza capaz de movilizar efectivamente a las fuerzas de la Intifada (rebelión popular palestina en los territorios ocupados) y aumentar la presión con tra el Gobierno de Rabin, con denado enérgicamente por el Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada.

"Hemos enviado una carta confirmando que estaremos en Túnez para participar en la reu nión", dijo el portavoz del Ha mas en Ammán, Mohamed Nazal. La delegación incluirá a miembros que residen en Siria e Irán, agregó. La reunión de Túnez es considerada como el gesto más claro de reconciliación entre la OLP y Hamas, que durante los últimos dos años han librado una guerra abierta y a menudo sangrienta por el control de la Intifada. Los últimos acontecimientos parecen haber empujado a un acercamiento que, hasta hace poco, parecía imposible, dadas sus posiciones diametralmente opuestas en torno al proceso de paz.

Los preparativos políticos de los palestinos se producen en medio de los crecientes temores en Israel y los territorios ocupados de una abrupta escalada de violencia en los próximos días. El toque de queda volvió a ser implantado en Gaza tras violentos enfrentamientos el sábado. Seis palestinos, entre ellos una niña de nueve años, murieron ese día a tiros, en una de las jornadas más violentas desde el estallido de esta rebelión popular hace cinco años.

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Estos hechos también coincidieron con un nuevo esfuerzo de organizaciones israelíes defensoras de los derechos humanos por dejar sin efecto las deportaciones ya que el Líbano se niega a recibirlos. Los abogados Avigdor Feldman y André Rosenthal, que representan a las familias de los deportados, apelaron al Ministerio (le Justicia. La solicitud subraya que, de acuerdo con la legislación internacional, Israel es responsable de la seguridad y bienestar de los deportados.

Los palestinos pasaron anoche su cuarta noche en tierra de nadie al norte de la auto-proclamada "zona de seguridad" israelí en el sur del Líbano. Informes de Marj Az-Zahur señalan que los palestinos, a quienes Israel acusa de incitar a la violencia que costó la vida a cinco soldados y provocó el posterior secuestro y muerte de un sargento de la policía de fronteras, Nisim Toledano, continuaban ayer levantando tiendas de campana y repartiendo colchones en lo que a todas luces se perfila como un nuevo campamento palestino a pocos kilómetros de las líneas israelíes.

Según informes llegados de Beirut, muchos de los palestinos deportados han jurado regresar a territorio controlado por Israel, incluso por la fuerza. En medios políticos palestinos, sin embargo, esa amenaza es vista con escepticismo porque constituiría un suicidio.

El primer ministro israelí, Isaac Rabin, advirtió ayer al Gobierno libanés contra cualquier maniobra. "Consideramos que sería un error por parte de los libaneses el intentar empujar a los palestinos deportados hacia nuestro territorio", declaró Rabin a un grupo de periodistas. Para el primer ministro Israelí, la responsalidad de lo que ocurra con relación a los expulsados corresponde en exclusiva a, las autoridades de Beirut.

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