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"Evaporados" de las listas

H. T. Las denuncias de irregularidades se amontonaban ayer en la oficina electoral del candidato Milan Panic y en la cadena de televisión independiente Studio B. Muchos electores frustrados denunciaron su desaparición del censo en los últimos días después de haber comprobado personalmente su inclusión en el mismo. Fuentes de la oficina de Panic hablaban de diez mil nombres "evaporados" de las listas sólo en el barrio de Nuevo Belgrado.

En general parece que los nombres tachados del censo son, como habían temido ya los observadores de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), los de los electores que se abstuvieron en las pasadas elecciones legislativas que fueron boicoteadas por la oposición. También se han producido casos de votación repetida.

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En caso necesario, las autoridades serbias, bajo firme control de Slobodan Milosevic tienen, además, todas las posibilidades de manipular a capricho el recuento que se prolongará durante tres días, según denunciaron los conservadores de la CSCE. El acceso a los sistemas informáticos del escrutinio está vedado tanto a los observadores internacionales como a los interventores de la oposición.

Los incidentes de que había noticia al cierre de esta edición, intimidación en varios colegios electorales y alguna pelea, no parecían, sin embargo masivos. Incluso en Belgrado, bastión de la oposición a Milosevic, los barrios obreros acudieron a los colegios en masa para votar al candidato oficial, para "quedarnos como estamos", como dijo una votante a los periodistas, y "en contra de la injerencia extranjera". El presidente serbio votó en el barrio industrial de Rakovica, de gran concienciación comunista durante el régimen de Tito, en el que jamás ha vivido.Decepción

El día, oscuro y nebuloso, era ayer el marco ideal para una votación que, según pasaban las horas, amenazaba con convertirse en la gran decepción de la comunidad internacional que ha apostado abiertamente por la victoria del serbio californiano. Según supo ayer EL PAÍS, el legendario disidente Milovan Djilas y Vuk Draskovic, líder de uno de los partidos de la oposición que apoya a Panic, tenían desde la víspera práctica certeza de la derrota.

El boicot a las elecciones decretado por los líderes de los albaneses en Kosovo y los musulmanes del Sanchak de Novi Pazar fue total por parte de estas dos comunidades. Albaneses y musulmanes del Sanchak, que viven bajo una implacable represión del régimen serbio habían anunciado que no comparten la ilusión occidental de que Panic, sin poder real alguno, pueda solucionar alguno de los problemas que les aquejan.

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