Los filmes españoles recaudaron en 1991 una media de cinco millones de pesetas
Un estudio de Media Business School aporta nuevos datos sobre la grave situación del cine
Un informe de Media Business School sobre financiación del cine en España, aporta nuevos datos sobre la fragilidad industrial del cine y su alejamiento creciente del público. El informe revela que la recaudación media de los filmes españolas en 1991 fue de 5.612.249 pesetas. El estudio pretende analizar los sistemas de financiación del cine en los 12 países de la CE, para ver en qué son incompatibles dentro del mercado único de 1993. En el caso español, además de una "inquietante atomización del sector", se destaca que "hay mucha ocultación", porque solo seis de 156 productoras contestaron los cuestionarios.
El informe La financiación del cine en España analiza estadísticamente las películas españolas producidas desde 1982 hasta 1991 y toma como base el banco de datos del Instituto de Cinematografía (ICAA), ya que tanto los productores como los bancos "no han querido facilitar información en términos generales". Lo primero que destaca es que "el porcentaje español de caída de la producción es el de mayor virulencia de la CE". Así, en un mercado dominado por el cine norteamericano, revela que, a lo largo de la década, se han realizado 741 películas españolas, de las que 72 no han podido siquiera estrenarse."En función de las series confeccionadas se detecta", dice el estudio, "que, incluyendo los títulos no estrenados, una cuarta parte de la cosecha cinematográfica española del último decenio no ha llegado a los cinco millones de pesetas de recaudación en taquilla, y poco más de un tercio ha rebasado los 10 millones de pesetas".
La mitad de la producción de estos 10 años ha quedado retenida en la frontera de los 1.8 millones de recaudación en taquilla, y las tres cuartas partes en 50 millones. Y añade el informe: "Sólo una octava parte de los largometrajes han depositado más de 100 millones de pesetas en las arcas de las salas cinematográficas españolas". Respecto al último año analizado, 1991, el informe dice que la cuota del cine español fue de 8.810.316 espectadores y la recaudación en taquilla de 3.401 millones de pesetas, lo que conduce a una cifra media de recaudación por película de 5.612.249 de pesetas.
Faltan datos fiables
"Establecer medias porcentuales es injusto", aclara el coordinador en España de Media Business School, Antonio Saura, "porque representa sumar las películas que han tenido éxito con las que no lo han tenido e incluso con las no estrenadas. "Además", añade, "el estudio no ha podido cuantificar la explotación de las películas españolas de la última década en los nuevos mercados: vídeo, televisión, etcétera, porque la mayoría de los productores se han negado a facilitar datos". Y una denuncia al sector de exhibición: "Todavía no tenemos datos fiables, pero pronto los habrá, y parece que indican que el fraude de taquilla puede ascender al 30%, con lo que las recaudaciones del cine español serían, obviamente, más elevadas", dice Saura.
El retrato robot de la financiación del cine en España que ofrece el estudio de Media Business School -realizado por un investigador de reconocida solvencia, Carles José i Solsona, autor de trabajos similares en el ámbito de Cataluña- muestra que el cine español está basado en un "minifundismo empresarial" caracterizado, además, por la "fugaz actividad" de las empresas productoras.
En los 741 largometrajes producidos en la década -130 fueron coproducciones- han participado 417 productoras españolas. A lo largo de los 10 años, el historial medio de títulos por productora no alcanza el par de películas: 1,78% es la cifra exacta que resulta. "Esto nos habla de la vida efímera de muchas de es tas empresas", señala el informe. Y aporta un dato revelador: más de la mitad de las productoras, 230 sobre 417, o sea, un 55,16%, únicamente han intervenido en una película durante todo el de cenio. De ellas sólo 79 han pro ducido dos películas y 40 han producido tres. "El conjunto evidencia una inquietante atomiza ción del sector", continúa el informe, "porque sólo una de cada siete productoras ha conseguido hacer al menos cuatro películas en la década". Otro dato destacable del estudio es que las subvenciones cubren entre el 28% y el 35% del coste de las películas beneficiarias. En el periodo 1986-1991 se advierte que tres de cada 10 películas beneficiarias han cubierto con la suma de ayudas públicas obtenidas entre el 40% y el 50% de su coste total, con lo que el resto tiene que buscarlo el productor en fuentes propias, preventas o financiarlo a través de bancos. Se insiste en la elevación de los costes de producción de nuestro cine: hasta 1985 la mayoría de los filmes estaba por debajo de un coste de 150 millones, mientras que en 1991 la mitad de los títulos tenían presupuestos por encima de esa cantidad.
Esta inflación de costes y la no existencia de programas de desgravación fiscal a las inversines privadas en el cine, elevan considerablemente el riesgo económico que ha de asumir el productor de un filme. Según el Banco de Crédito Industrial, basándose en informaciones contenidas en las solicitudes de créditos, se advierte, dice el informe, que "una fuente relativamente importante radica en la financiación obtenida a través de los estudios de sonorización, de doblaje, laboratorios y otros proveedores importantes de una película". Estos cálculos sitúan la aportación del productor en un 17% del coste total.
"Aunque no sea. un consuelo", señala el informe citando unas palabras de Martin Dale en Europa, Europa. The development of thef ilm Industry in Europe, "en Europa toda la financiación de una película se intenta con las precompras y ayudas estatales. Cuando hay un riesgo financiero a afrontar, los productores no alcanzan a encontrar el dinero, puesto que no pueden ofrecer garantías suficientes a los inversores. No existen", como en Estados Unidos, "majors que repartan los riesgos, y muy escasos productores independientes tienen algún éxito a sus espaldas".
Babelia
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