La llegada de la fuerza multinacional devuelve la paz a la 'ciudad de la muerte' somalí
Por primera vez en una semana, los sonidos de los disparos no perturbaron ayer el sueño de los habitantes de la ciudad somalí de Baidoa. Las armas callaron para dejar paso al repiqueteo de los helicópteros de las fuerzas estadounidenses, que aterrizaron en esta población poco antes del amanecer. Dos horas más tarde, un convoy militar entraba en la ciudad rodeado por los cánticos y las palmadas de sus habitantes. Setecientos sesenta marines y 140 legionarios franceses han tomado ya el control del aeropuerto y patrullan por las calles.
ENVIADA ESPECIAL, Los grupos armados, seguidores del general Mohamed Farah Aidid, habían abandonado un día antes la ciudad en dirección norte, hacia la región etíope de Ogadén. Las ametralladoras se desmontaron de los vehículos y los fusiles se guardaron en casa.Nada más llegar, las fuerzas de intervención tomaron posiciones en todo el recinto del aeropuerto y establecieron en su entrada un estricto control de los vehículos. Los integrantes del convoy, que había salido en la tarde del martes de la capital, Mogadiscio, no podían disimular su agotamiento.
"Hemos viajado durante cinco horas y luego hemos esperado otras seis a las puertas de Baidoa para entrar ya con el día. No hemos pegado ojo", comentaba Mike Murray, desparramado en el interior de un vehículo armado. Algunos marines aprovechaban el rato de asueto matutino para ducharse con el agua que sus camaradas les vertían desde lo alto de las tanquetas. Todo un feliz espectáculo para los pasajeros de los primeros vuelos humanitarios, que comenzaron a llegar desde la misma mañana.
Al igual que sucedió con la primera escolta de un convoy de alimentos a la parte norte de Mogadiscio el pasado sábado, la población de Baidoa se agrupó en las calles para saludar y ofrecer té a las tropas. "Ha sido la noche más tranquila que he pasado en los últimos días, ni un sólo tiro", decía sonriente Liban, un joven de 20 años. "A ver si todo se arregla y me puedo ir a vivir con mi hermana a Mogadiscio. Hemos tenido que luchar mucho contra las tropas de Siad Barré, que nos destruyó la ciudad, y estoy cansado. Toda mi familia se ha marchado a Arabia Saudí y a EE UU". Las organizaciones humanitarias trabajaron ayer con buen ánimo. La ciudad, en palabras de Rick Grant, portavoz de CARE, iba por fin a dejar de ser "un pueblo del salvaje Oeste".
Con la operación de ayer, la bandera estadounidense ondea ya en tres de las ocho ciudades somalíes tomadas como bases operativas por las fuerzas de intervención: Mogadiscio, Bale Dogle y Baidoa. Aún quedan fuera de control Belet Huen, Hoddur y Jalalaxi, en el norte, y Bardera y Kismayu, en el sur. En esta última población, los actos de pillaje y los enfrentamientos armados entre las tropas de Aidid y las de Siad Hersi, general Morgan, han obligado a la evacuación de la mayor parte del personal de las agencias humanitarias. Mientras, en Bardera, el ataque de una banda armada contra un centro de distribución de alimentos causó ayer diez muertos y una decena de heridos, informa Reuter.
Transporte aéreo
Hasta ahora, el único sistema seguro de transporte de alimentos ha sido por vía aérea. Las diferentes organizaciones traen la comida y el material médico desde las ciudades kenianas de Nairobi o Mombasa. Sin embargo, el comienzo de la estación de lluvias y los problemas de seguridad han obligado últimamente a suspender varios vuelos.Por tierra, todos los convoyes que partían del puerto de Mogadiscio eran asaltados sistemáticamente. Además, hasta que las tropas estadounidenses no se hicieron con el control de las instalaciones portuarias de la capital, ningún barco había osado entrar desde el pasado 24 de octubre. Desde el día 13, dos buques han descargado ya 14.000 toneladas de alimentos.
En Mogadiscio, la organización CARE, que se encarga de sacar las provisiones y repartirlas entre las diferentes agencias humanitarias, organiza ya, todos los días, caravanas escoltadas por los militares hacia el norte y sur de la ciudad, sin que hasta ahora se haya registrado ningún incidente. Con la progresiva llegada de nuevas tropas -ayer había en Mogadiscio más de 12.000 hombres- los grupos de ayuda esperan poder hacer pronto lo mismo en otras zonas del país.
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