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Bernard-Henri Lévy estrena un documental sobre Sarajevo

Guillermo Altares

Escritor y filósofo, Bernard-Henri Lévy es también un pensador heterodoxo interesado por las tragedias de este siglo. Como reportero de guerra, escribió un libro sobre Bangladesh y otro sobre Afganistán y es fundador de la asociación Acción Internacional contra el Hambre. Ahora acaba de terminar un documental sobre la tragedia de la capital bosnia, titulado Un día en la muerte de Sarajevo, que se estrena el próximo domingo en la televisión francesa.

Con un día de retraso, el pensador francés se Incorporó ayer a las jornadas sobre Las nuevas vías de la filosofía del hombre, que comenzaron el martes en El Escorial. Lévy llegó en el momento adecuado, cuando los filósofos presentes debatían el problema del mal, que es el que llevaba preparado.

"La película sobre Sarajevo es un intento de reflexionar sobre el mal absoluto, en su forma más brutal e irracional", señaló. "Una de las cosas que más me han impresionado de lo que está ocurriendo en Bosnia es la brutalidad con la que se destruyen las bibliotecas, los tesoros culturales, que han sido arrasados en un 90%. Más allá de los hombres, como los nazis hicieron con los judíos, también se intenta liquidar la memoria".

El escritor hizo una reflexión sobre el mal y el sufrimiento que han asolado este siglo. "Hay toda una corriente filosófica que asegura que desde el punto de vista del individuo el sufrimiento no tiene sentido, es absurdo. Pero dicen que existe un lugar fuera del mundo o en el mundo, fuera de la historia o dentro de ella, en el que este sufrimiento cobra un sentido. Por eso, testimonios como el de Wiesel sobre los campos de concentración o el Archipiélago Gulag impresionaron tanto a mi generación: porque no intentaron buscarle ningún tipo de sentido, se limitaron a describir el horror", añadió.

Totalitarismos

El pensador francés hizo también un análisis político de los totalitarismos del siglo XX. "Me parece que lo que alimentó el espíritu del totalitarismo fue la idea de que el mal no existía, sino que las sociedades estaban enfermas y se podía encontrar un remedio. "Un totalitario es un político que cree que existe esta curación. En cambio, todos los que han luchado contra el horror de este siglo, y que quizá han triunfado, aunque su victoria sea problemática y llena de enigmas, tenían un punto de vista en común: lo incurable existe, en toda sociedad hay una parte de negatividad, de sufrimiento, que no se puede evitar".En medio de una jornada dedicada al mal, Lévy no aportó precisamente una visión esperanzadora, aunque tampoco pesimísta. El pensador aseguró que "el siglo XX nos ha enseñado a desconfiar de todas las definiciones simples de la libertad". "Pienso, como Lévinas, que ser libre es romper con todas las determinaciones que pretenden definir al hombre pero que le aprisionan y oprimen".

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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