El presidente del Gobierno italiano propone la prueba obligatoria del sida

El presidente del Gobierno italiano, el socialista Giuliano Amato, defendió el pasado lunes la introducción de una amplia obligatoriedad de las pruebas para detección de los anticuerpos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que, en su opinión, debería ser aplicada a presos, soldados de reemplazo, médicos, enfermeras y embarazadas, así como a los hijos nacidos de madres seropositivas.

Amato defendió esta orientación, no en una reunión de Gobierno o Parlamento, sino en un acto académico celebrado en un instituto universitario de estudios legislativos, en el que el jefe del Ejecutivo italiano participó en su calidad de jurísta. Su ministro de Sanidad, el liberal Francesco de Lorenzo, presente en el acto, reafirmó de inmediato que él es contrario a la extensión de la obligatoriedad de las pruebas de detección del sida.Tampoco parece probable que dentro del Gabinete de cuatro partidos que preside se alcance el consenso necesario para cambiar el curso de la normativa vigente, que estos días es ya polémica por el intento de introducir la obligatoriedad de la prueba sólo para detenidos.

El argumento de Amato en defensa de su posición, que coincide con un borrador de reforma legal elaborado por el instituto organizador del acto, es que el mayor conocimiento actual de la evolución y la terapia del sida hace que "la seropositividad haya dejado de ser el oscuro demonio que era".

En este momento, dijo el primer ministro, es preciso saber para curar, razón por la cual el consentimiento del paciente que actualmente se requiere para la realización de la prueba debería ser sustituido por una obligación del médico de ayudar al paciente a que facilite la información necesaria.

Una ley vieja

La actual reglamentación de esta materia responde, según Amato, a una ley "retrasada mental, que vio la luz cuando ya era vieja", porque regulaba una materia "que debería haber sido legislada 10 años antes".El ministro De Lorenzo señaló que la posición del presidente de su Gobierno es contraria a las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y afirmó que cualquier cambio de normativa en este tema debe ser introducido "muy gradualmente" y con la debida atención al hecho de que en Italia sigue existiendo una tendencia a marginar a los seropositivos. Italia tiene más de 11.000 enfermos de sida.