El fiscal que investiga el escándalo de Milán abre sumario a Bettino Craxi por corrupción

Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI), recibió en la mañana de ayer la visita de un carabinero que le notificó formalmente que la fiscalía de Milán le ha abierto un sumario por los presuntos delitos de corrupción, encubrimiento y quebrantamiento de la ley sobre financiación de los partidos políticos. La decisión judicial, anunciada al día siguiente de unas elecciones parciales municipales que han supuesto una nueva y grave derrota para el PSI, eleva por primera vez hasta la cúspide de un partido político la investigación conocida como Manos Limpias y potencia enormes presiones jara un cambio de la dirección socialista.

Las indicaciones de una tendencia a la aceleración de ese cambio, en contra del deseo de Craxi de permanecer al frente del partido al menos hasta el congreso del PSI previsto para la próxima primavera, llegaron en la mañana de ayer, incluso antes que las noticias de la justicia milanesa. Un craxiano incondicional como Giusi la Ganga, portavoz parlamentario socialista, había declarado que el cambio de secretario debía ser acelerado a la vista de que, en Monza y Varese, dos municipios de Lombardía disueltos por problemas de corrupción, el PSI quedó reducido el lunes a una fuerza marginal, con poco más del 4% de los votos.No obstante, el propio Craxi no se refirió a la posibilidad de dimitir cuando reaccionó a la apertura del sumario, tres horas después de que ésta se conociera. "Considero que la iniciativa de la fiscalía de la República en Milán es absolutamente infundada y se convierte en una agresión contra mi persona inspirada por finalidades que pueden ser políticas, pero, desde luego, no de justicia", dijo en un comunicado.

También afirmó que la decisión de la magistratura milanesa se enmarca "en una campaña más general orquestada contra mí, que dura ya meses", y precisó que los "episodios" a que se refiere el sumario "ponen en cuestión a la administración del partido, en la que", dice Craxi, "yo no he participado en modo alguno, y de la que, en la mayoría de los casos, no tenía ni siquiera un conocimiento indirecto".

El secretario del PSI reconoce, sin embargo, que, tanto él como todos los demás líderes políticos y el propio Parlamento italiano, "conocían la existencia de una situación anómala desde hace mucho tiempo" en materia de financiación de los partidos, al tiempo que asume "toda la responsabilidad moral de las actividades nacionales" del PSI, durante los 16 años que lleva al frente de la secretaría.

Según noticias no confirmadas, las investigaciones contra Craxi le implicarían en la percepción ilegal de uno 300.000 millones de liras (unos 24.000 millones de pesetas) para el partido y se basa en las declaraciones del ex secretario general Giacomo Mancini, miembro de la izquierda del PSI, quien la semana pasada declaró a los jueces que el líder estaba siempre al corriente de todos los temas financieros.

Los jueces cuentan también con la confesión de Salvatore Ligresti, gran constructor y financiero siciliano relacionado con Craxi en un tiempo, quien, según filtraciones publicadas por la prensa italiana, habría implicado en sus declaraciones a líderes políticos de primer orden. Por otra parte, la investigación Manos Limpias -que implica ya a siete parlamentarios socialistas, sobre un total de 16 diputados y senadores- ha pesado desde sus comienzos negativamente sobre Craxi, ya que comenzó en Milán, su feudo político, y tuvo entre sus primeros implicados a Paolo Pillitteri, su cuñado.

Conocida la apertura del sumario, Caudio Martelli, que disputa a Craxi la secretaría del partido, adoptó la defensa de los intereses generales e hizo un llamamiento a los socialistas para que "afronten unidos la prueba", al tiempo que canceló una reunión de su corriente convocada para analizar los resultados de las elecciones del lunes.

Craxi, por su parte, ha convocado para mañana a la dirección general del PSI, después de entrevistarse ayer con los representantes de la corriente mayoritaria en el seno del partido.