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Los Iímites de Restaurar la Esperanza

El secretario general de Naciones Unidas, Butros Gali, dijo ayer que desarmar a las bandas somalíes debía ser una prioridad de las fuerzas norteamericanas que ocupan el territorio. Las declaraciones de Butros Gali fueron inmediatamente contestadas por el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, que claramente especificó que desarmar a los somalíes no entraba dentro de sus responsabilidades. "Nuestra misión siempre ha sido recoger armas a medida que nos las íbamos encontrando Pero el desarme no formaba parte de nuestra misión y esto no ha cambiado". Sin embargo, según la opinión de Butros Gali "la operación de desarme es un requisito previo" desde el punto de vista de Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad que fue quien encargó la operación. Con su demanda de una mayor intervención por parte de las tropas norteamericanas, Butros Gali pretende dotar al territorio de la seguridad necesaria para que sea posible el reemplazo de las fuerzas norteamericanas por un comando un¡ficado de Naciones Unidas. En el mismo sentido, un portavoz del Ministerio de Exteriores francés advirtió ayer que el desarme forzoso sobrepasa los límites actuales del mandato de la ONU.Los mandos estadounidenses han ampliado su celo al control del tráfico de jat, una hoja de efectos euforizantes completamente integrada en la cultura somalí. Durante estos dos años de guerra, los jóvenes, después de pasar el día masticando jat, recorrían al anochecer las calles de Mogadiscio con las pupilas dilatadas. Eran las horas más peligrosas del día. "Es una droga; por tanto, una sustancia ¡legal y nuestras reglas de compromiso nos obligan a tratar de impedir todo el tráfico de drogas", declaraba hace unos días el coronel Fred Peck, portavoz de los marines. La planta se importa sobre todo desde Kenia. Tras la llegada de los mar¡nes, la entrada de jat se redujo y la escasez disparó los precios: antes, un manojo costaba unos tres dólares (alrededor de 335 pesetas), ahora no se consigue por menos de 15 dólares.

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