Los 'tories' saludan el triunfo de John Major en Edimburgo
Los parlamentarios del Partido Conservador Británico recibieron ayer con vítores a su primer ministro, John Major, a quien los medios de comunicación saludan como el triunfador de Edimburgo y principal intermediario a la hora de llegar a un acuerdo entre los Doce, que salvó a la CE del riesgo de cisma.Major presentó en la tarde de ayer, ante la Cámara de los Comunes, él resultado de la cumbre y afirmó que "la CE ha alcanzado decisiones sobre asuntos que muchos consideraban irresolubles". Luego, añadió que la comunidad "se ha unido de nuevo como doce estados miembros con un propósito común".
El contenido de la intervención de Major indica que los británicos consideran que la importancia prioritaria entre los resultados de la cumbre corresponde al acuerdo alcanzado sobre la vía de ratificación del Tratado de Unión. Europea por parte de Dinamarca, que tiene importantes consecuencias desde el punto de vista doméstico. La razón estriba en que, al mismo tiempo, en la medida que la cumbre no estableció un calendario obligado de ratificación del tratado por parte de los dos países "indisciplinados" -Dinamarca y el Reino Unido-, permite al Gobierno británico proseguir con el debate sobre el tratado en el Parlamento, sin que parezca que actúa bajo la presión de Bruselas.
Los resultados de la cumbre, puesto que ofrecen una vía abierta para la ampliación de la CE y regulan procedimientos y principios en la toma de decisiones comunitarias definidos con el término de subsidiariedad, suavizan previsiblemente el paso del tratado por la Cámara de los Comunes y priva de armas retóricas a los euroescépticos.
El líder laborista, John Smith, con quien el Gobierno tendría que pactar la agilización de los trámites parlamentarios, criticó ayer a Major por mantener en Edimburgo la exclusión del Reino Unido del ámbito de la Carta Social, exclusión lograda en Maastricht y por hacer que, a su juicio, la acción contra el desempleo -prioridad de los ciudadanos de Europa, según Smith- haya perdido importancia durante la presidencia británica.
Inyección de moral
Esos argumentos no pueden, a simple vista, justificar la colaboración laborista con los euroescépticos, de uno y otro bando, por lo que cabe pensar que John Major tendrá oportunidad de cumplir, esta vez, con el compromiso teórico de ratificación del tratado, dentro de la fecha del 30 de junio solicitada por el Parlamento Europeo.
Para la mayoría de los conservadores, la Cumbre de Edimburgo ha sido una inyección de moral tras meses de catástrofes. La opinión extendida sobre Major es que carece de gran visión política pero que es excelente en la artesanía de las negociaciones. Su supuesto éxito en Edimburgo remacha esa imagen y ofrece a los conservadores el primer respiro desde la victoria en las elecciones generales de abril.
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