La CE se resiste a ceder exenciones a Dinamarca sin fijar un plazo
Dos horas de discusión entre los jefes de Gobierno de los Doce sobre la. solución a dar al llamado caso danés, como se ha dado en llamar a las derogaciones a Maastricht que exige Dinamarca, no acabaron de convencer a la mayoría de los Estados miembros de que no deberán efectuar una segunda ratificación del tratado ni tampoco persuadieron a Copenhague de que es necesario que sus exenciones caduquen cuando en 1996 se someta a revisión la Unión Europea en el marco de una nueva conferencia intergubernamental.
El documento de compromiso sobre Dinamarca que la presi dencia británica de la CE puso sobre el tapete intenta resolver el caso danés mediante una decisión que, como recalcó el jefe de la diplomacia danesa, Uffe Ellemann-Jensen, proporciona a Copenhague exenciones "jurídica mente vinculantes, pero sin que obligue a los demás a una segunda ratificación". Poul Schlüter, el primer ministro danés, mantuvo una posición negociadora dura convencido de que, como dijo a la prensa, "sin acuerdo no entrará en vigor Maastricht" y, además, "de nada serviría un compromiso que no vaya a ser aprobado por el pueblo danés" en un segundo referéndum que arroje un resultado diferente del de junio pasado que se saldé con un rechazo.Prometió Schlüter, dando así satisfacción a sus socios que exigen saber cuando se convocará la nueva consulta, que, si hay acuerdo, tendrá lugar "como tarde en abril o mayo" y Maastricht podría entrar en vigor el 1 de julio. ¿Que pasará si los daneses vuelven a Votar en contra del tratado? "Si se produce otro no entonces no habrá sitio para Dinamarca en la CE".
El presidente François Mitterrand y los jefes de Gobierno español y alemán, Felipe González y Helmut Kohl, respectivamente, hicieron, por su parte, hincapié en que la fórmula jurídica para las derogaciones no debía consistir en una decisión porque algunos tribunales constitucionales podrían equipararla a un nuevo tratado y exigir su ratificación.
Estas tres delegaciones expresaron, también serias reservas, junto con el Benelux, sobre la duración de las exenciones danesas. Copenhague desea que sea ilimitada en el tiempo mientras sus socios se resisten porque le daría pie para oponerse a la revisión de Maastricht prevista dentro de cuatro años. "Hay que intentar llegar a un acuerdo a doce para que los otros once puedan seguir adelante. si Dinamarca no ratifica", subrayó el presidente español.
La velada amenaza de dejar de lado a Dinamarca, esgrimida también por el holandés Ruud Lubbers, fue acogida por Ellemann-Jensen, como "un desenlace triste". "Sería un divorcio complicado con una larga pelea por los muebles", Comentó. "Se enviaría además una. mala señal a los países de nuestro entorno".
González aprovechó la ocasión para reiterar su advertencia de que España no, aceptará un acuerdo sobre Dinamarca mientras no se logre un compromiso sobre el incremento del presupuesto de la CE para los próximos años con el consiguiente aumento de los fondos estructurales y de cohesión.
Cuatro documentos
El primer ministro británico, John Major, sometió a sus homólogos cuatro documentos para resolver el caso danés. En el primero, los Doce toman nota de la solicitud danesa y reiteran la necesidad de que Maastricht entre cuanto antes en vigor sin alteraciones. Dejan claro, además, que las exenciones sólo se aplicarán a Dinamarca y a ningún otro miembro actual o futuro.
El segundo documento es el más importante porque recoge de forma pormenorizada las cuatro derogaciones. La primera versa sobre la ciudadanía europea y estipula que este estatuto no sustituye a la ciudadanía danesa. En un segundo apartado, Dinamarca notifica que no participará en la última fase de la Unión Económica y Monetaria, que prevé la creación de una moneda única y de un banco central, una facultad que, de todas formas, le reconocía el tratado.
Las dos últimas exenciones se refieren a la defensa común y a la cooperación judicial y policial. La primera establece que Copenhague no está obligada a elaborar y poner en práctica las decisiones tomadas en el marco de la Unión de Europa Occidental, el brazo armado de la CE. La siguiente precisa que Dinamarca participa como los demás, pero recuerda que Maastricht prevé que los acuerdos se adoptan en ese ámbito por unanimidad.
El tercer documento británico extrae las consecuencias de la automarginación danesa en materia de defensa: Copenhague renuncia a presidir la CE cada vez que se discutan cuestiones de esa índole. El cuarto documento es una declaración unilateral del Gobierno danés en la que se indica que la ciudadanía europea no da, ningún derecho a los demás pueblos de la CE a obtener la nacionalidad danesa.
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