Kucan: "`Soy el hombre que transformó el viejo regimen de Eslovenia
MIRJANA TOMIC Un millón cuatrocientos mil electores eslovenos están convocados hoy a las urnas para elegir al nuevo presidente de la república y a los 130 diputados para las dos cámaras del Parlamento. Milan Kucan es uno de los ocho candidatos para la presidencia de Eslovenia. Pocos dudan de su victoria electoral. "No quisiera ser presidente de un país donde la intolerancia es la característica predominante", declara a EL PAÍS el actual presidente esloveno al apuntar que su oposición a las fuerzas ultranacionalistas y el haber sido "el hombre que transformó el antiguo régimen" son sus bazas para el triunfo en los comicios.
Muchas caras sonrientes observan a los eslovenos desde los carteles electorales, prometiéndoles un futuro próspero en el país independiente, divorciado de la antigua Yugoslavia pero que no puede olvidar, por la cercanía geográfica a los ensangrentados Balcanes, que la separación de los viejos vecinos no es fácil. Las fronteras eslovenas están cerradas para los refugiados de Bosnia-Herzegovina. Los ciudadanos de esta República tienen prohibida la entrada. Los ciudadanos de Serbia y Montenegro necesitan visado para entrar en el estado alpino. Los croatas viajan libremente pero las relaciones entre Eslovenia y Croacia no son idílicas.Pocos dudan de la victoria electoral en los comicios presidenciales del actual presidente eslovaco Milan Kucan que se ha convertido en el padre de la nación eslovena. "La gente conoce mi obra. La mejor campaña electoral es mi obra", dice Kucan, enumerando sus méritos políticos: "La democratización de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia y de' Eslovenia; la disociación de Eslovenia de Yugoslavia; la independencia de Eslovenia y el cumplimiento del derecho de los eslovenos a la autodeterminación, sin afectar los intereses de otros pueblos".
Kucan rechaza ser un hombre del antiguo régimen. "Soy el hombre que transformó el viejo régimen" dice al explicar que se presenta como un candidato independiente, en lugar de representar a los ex comunistas porque "la escena política eslovena no se ha perfilado aún".
El surgimiento de los ultranacionalistas eslovenos, cuyo líder Zmago Jelincic promete expulsar a los no eslovenos, le preocupa: "Hay que ver el origen del problema. La situación económica induce a los jóvenes y a los marginados a creer en que la consigna 'Eslovenia para los eslovenos' resolvería rápidamente sus problemas. Sin embargo, la historia europea nos ha enseñado que la solución de los problemas de esta manera lleva hacia la derrota. De ahí que, una vez establecido el nuevo Parlamento, actuaremos dentro del marco legal en contra de la intolerancia". "No quisiera ser presidente de un país, donde la intolerancia es la característica predominante", añade Kucan.
Los 100.000 refugiados que acoge Eslovenia -70.000 registrados y 30.000 obreros bosnios que no pueden volver a sus casas- incitan el auge del nacionalismo y de la intolerancia, y re presentan "`un problema social económico y político". Kucan no prevé que la sociedad eslovena absorva esta población: "Hay que parar la guerra y crear las condiciones para que esta gente vuelva voluntariamente a sus casas... Si la guerra no cesa, el problema de los refugiados se tendría que resolver en el marco europeo. No veo por qué los países limítrofes deben soportar una carga superior"; y agrega: "Si Europa no resuelve este problema, los musulmanes de Bosnia serán los palestinos europeos".
La proximidad de la guerra en Bosnia afecta a Eslovenia ya que "en los círculos comerciales nos consideran zona de alto riesgo".
"Dentro de unos diez años, veo a Eslovenia como a un pequeño país próspero, cuya riqueza se basa en las finanzas, turismo, industria y comunicaciones. Confío en que Zmago Jelincic no será presidente". Lo mismo esperan también miles de obreros, en su mayoría bosnios, que trabajan en la siderúrgica de Jesenice. Ellos no tienen dónde volver y votarán por Milan Kucan como única garantía contra la expulsión.
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