La Fundación Santillana contrapone educación ambiental y destrucción
Si Nietzsche dijo "llegará el tiempo en que la política se ocupará tan sólo de los problemas educativos", la Fundación Santillana ha asumido a lo largo de esta semana la educación como paradigma de un mundo distinto, un mundo sostenible en el siglo XXI, en el que el desarrollo no dañe al planeta. Ayer, el ex presidente de Colombia y presidente de la Fundación Santillana en Iberoamérica, Belisario Betancur, clausuró en Madrid la VII Semana Monográfica de esta fundación. La principal conclusión: "La reflexión medioambiental nos llevará a desterrar para siempre la soberbia destructora del hombre".
"Necesitamos una educación global ambiental que sirva de aparejo para la travesía hacia el siglo XXV, dijo Belisario Betancur, que definió el mundo actual como "una galaxia de contradicciones entre la esperanza y el caos". Se mostró muy optimista con la potencialidad de la comunidad para responder a las propuestas de protección del medio ambiente y al final de un discurso con referencias a Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Ortega y Gasset y Unamuno, se remitió a la cultura guaraní para definir la actitud que debemos adoptar todos: "Los indios guaraníes están siempre preparados para la fiesta, para festejar un mundo mejor que ha de venir en cualquier momento. Este mundo ansía el paraíso que perdió".Desde el lunes hasta ayer, una treintena de participantes han debatido en público sobre el sentido y la articulación en el sistema educativo de una conciencia medioambiental, sobre el panorama presente en Iberoamérica y Europa -con grandes vacíos- y el que está por venir.
Ricardo Díez Hochleitner, director de las Semanas Monográficas de la Fundación Santillana, dijo ayer: "Hay que sumar a nuestro lenguaje cultural una alfabetización ambiental".
Las jornadas han servido también para destacar la gran oportunidad que tiene ahora mismo España para incorporar a través de la LOGSE y de la reforma del sistema educativo una auténtica educación ambiental, hasta ahora muy en mantillas y desarrollada, como reconoció ayer Alberto Pardo, asesor de Educación Ambiental en el Ministerio de Educación y Ciencia, por organismos e instituciones cuya responsabilidad en educación es sólo indirecta, desde el Icona hasta los ayuntamientos. Alberto Pardo insistió en la importancia de introducir, en contenidos y actitudes; este tipo de educación, desde el nivel infantil hasta el universitario.
Antonio Novas García, director del Centro de Educación Medioambiental del Icona, puso de manifiesto que ahora en España sólo pertenecen al sector educativo un 28% de las instituciones que realizan algún tipo de educación ambiental.
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