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"Llegaremos tarde a trabajar"

Después de pasar más de tres horas dentro de un autobús, los dominicanos no sabían si les habían trasladado a una localidad madrileña o a Aranda de Duero. Así que en cuanto el vehículo paró, el cansancio, los nervios y la indignación estallaron a la vez. "De aquí no nos bajamos, porque esto cae lejísimos", exclamaba indignado un joven. "Nosotros hemos venido a España a trabajar y nos traen a mitad del campo", añadía otro.Con la oscuridad, la preocupación y el hartazgo, nadie se Fijaba en el aspecto impecable de la residencia. "Voy a perder el empleo por llegar tarde a trabajar", manifestaba angustiada una mujer.

En medio de las protestas, algunas voces insistían: "Vamos a conversar, que igual las cosas no son como creemos". En un ambiente caldeado, se organizó una improvisada asamblea. En ella se repitieron hasta la extenuación tres palabras: "provisional", "papeles" y "trabajo".

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Los dominicanos duermen ya en un albergue

Los representantes de dos asociaciones de inmigrantes dominicanos y de la Dirección General de Migraciones basaron sus argumentaciones en que el lugar "es una salida digna" y, sobre todo, "temporal". También insistieron en que existe una línea regular de autobuses. De lunes a viernes, desde Alalpardo salen cinco vehículos diarios en dirección a Madrid y otros tantos en., sentido inverso. El servicio desde Algete -situada a unos cuatro kilómetros- tiene una frecuencia de media hora.

Preocupaciones

Los descontentos mostraban su preocupación por la distancia a la ciudad. Entre una y otra intervención salía a relucir el problema que más les obsesiona: cómo conseguir la estancia legal en el país.Finalmente, los reunidos decidieron quedarse. Al menos para ver si sus dudas y preguntas podían tener una respuesta favorable. Los 59 inmigrantes comenzaron a ocupar las habitaciones. "Nosotros somos ocho familiares, ¿podemos estar todos juntos?", preguntaba una mujer.

La mayor parte de los albergados son varones jóvenes. El benjamín es Gabriel Matos, un bebé de un mes que llegó al centro en un coche, con su madre y su abuela. En medio de toda la controversia, su madre le acunaba. Entre los realojados se encuentra también un hombre que estaba internado en el hospital Puerta de Hierro y que fue trasladado a Alalpardo en ambulancia.

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