Una muerte digna
Estoy de acuerdo: prolongar innecesariamente la vida cuando el enfermo ya no tiene esperanzas es inhumano. Pero quisiera exponer algunas consideraciones:
1. ¿Quién o quiénes toman la decisión? Los que llevamos gran parte de nuestra vida en el mundo hospitalario sabemos la cantidad de veces que se pronostica un "inminente final"... y, gracias a Dios, en algunas ocasiones no ocurre.
2. Es posible que, detrás de la frase "para que no sufra" se oculte *un egoísmo tan cruel como la propia enfermedad.
3. Sugiero a las autoridades competentes que extremen su prudencia en las ejecuciones de estos actos. Que se elabore una legislación para tales menesteres.
Una muerte digna debería ser sinónimo de una vida digna. Y ésta brilla por su ausencia. Frente a tanta pobreza nos planteamos el problema de morir dignamente. Estoy de acuerdo. Pero tengamos cuidado: el ser humano rara vez antepone la compasión a sus intereses personales.
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