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Tom Cruise: "Me queda todo por hacer"

Estreno en Estados Unidos de 'A few good men', última película del popular actor

David Trueba

Tom Cruise (29 años y en la cima del éxito) confiesa que cada día trata de ser mejor actor y que aún le queda mucho camino por recorrer. Ahora presenta su última película, A few good men, una de las apuestas fuertes del cine norteamericano para estas Navidades. A Cruise le acompañan en el reparto Demi Moore, Kevin Bacon, Kiefer Sutherland y Jack Nicholson, dirigidos por Rob Reiner. En persona es Tom Cruise idéntico al de las películas. El mismo flequillo, la misma sonrisa, la misma cara de niño, quizá algo más bajo que sus personajes, el vivo retrato del hijo perfecto. Al galán superlativo del cine actual le hacen gracia sus propios chistes y los jalea con un estallido de risa adulta. En cambio, le cuesta digerir el humor ajeno.

En A few good men Cruise interpreta a un joven abogado militar que desafía a un coronel de marines, al tiempo que trata de liberarse de la sombra de un padre. Dice de este personaje, por el que ya se le considera aspirante a un puesto en el quinteto que luchará por el próximo Oscar de interpretación masculina: "Es cierto; nunca hago papeles negativos, porque tengo una responsabilidad sobre las ideas que comunico a la gente". Se defiende Cruise de su encasillamiento en el papel de chico perfecto: "Pero me voy liberando de mi imagen anterior, aunque hacer algo como Instinto básico no me interesa: es una película camp, bastante caricaturesca".A few good men adapta un éxito de Broadway, y su origen teatral se deja notar. La película es diálogo de principio a fin y Cruise disfruta de varios extensos monólogos. "Con Rob Reiner trabajamos sobre todo la entonación, la musicalidad de los diálogos, por eso me preocupa cómo será el doblaje en el extranjero, porque si cambias la entonación cambias el significado".

La película ataca frontalmente cierto espíritu militar tendente a saltarse las reglas y actuar con un código propio. Cruise no tiene dudas: "Ojalá no necesitáramos ejércitos, pero la verdad es que son necesarios, lo que no significa que tengamos que vivir en un Estado fascista. Son ellos los que tienen que acoplarse a la Constitución, y el Gobierno debe establecer un control sobre ellos".

Tres creaciones

Tras sus dos mejores interpretaciones, Rain man y Nacido el 4 de julio, en la que interpretó a un veterano de Vietnam, Cruise parece decantarse hacia una ideología mucho más liberal: "Vietnam fue un desperdicio de seres humanos. ¿Por qué razón perdió la vida toda esa gente? Yo nunca habría ido allí, ni al golfo Pérsico. Era ridículo que Bush dijera que Clinton no podía ser presidente por haber eludido Vietnam. Afortunadamente, la gente ha respondido a esa cuestión y ha mandado a Bush a su casa. Ya era hora".Tom Cruise ambiciona dirigir alguna película. Ha formado su propia productora y piensa apoyar también proyectos de otra gente. Por el momento rueda The firm a las órdenes de Sidney Pollack, basado en una de las novelas de John Grisham, el más cotizado de los nuevos escritores de éxitos de ventas americanos. Desde su situación tiene una visión muy clara de lo que es el cine: "Sé que se piensa que soy un privilegiado, y tienen razón. Pero me levanto todos los días a las cinco de la madrugada voy al rodaje, veo. lo rodado el día anterior, paso por mi oficina en Paramount y llego a mi casa a las diez de la noche. Y los fines de semana, como hoy, leo periódicos".

Le molesta enormemente a Cruise que el éxito o fracaso de una película dependa sólo de su rendimiento en taquilla y de la postura de algunos críticos de cine: "Algunos ni entienden de cine ni les gusta el cine. La gente debería pensar que lo que escriben es sólo su opinión personal, no tienen por qué ser necesariamente verdades".

Le remedia de esos males disfrutar de uno de los sueldos más elevados de Hollywood. Por A few good men ha cobrado 12 millones de dólares, pero está más que justificado por el número de espectadores que Cruise atrae en todas partes del mundo. "Sí me pagan una fortuna, se supone que es porque mi trabajo se la devuelve con creces. Pero jamás hice una película por dinero: siempre busqué la calidad".

En A few good men, el veterano Jack Nicholson interpreta un breve pero importante papel. Ha cobrado 50 millones de pesetas por cada uno de sus 10 días de trabajo y será un seguro candidato al Oscar al mejor actor secundario, a la espera del estreno de Hoffa, donde encarna al mítico líder de la mafia sindical de los camioneros. Dice Cruise: "Trabajar con Nicholson fue un sueño. Traté de observarle y aprender todo lo posible, como cuando trabajé con Dustin Hoffman y Paul Newman. Son figuras míticas".

Rob Reiner es uno de los más dotados narradores del cine americano actual. Hijo del cómico y director de cine Carl Reiner, está considerado como uno de los más seguros valores del cine de Hollywood. En A few good men, después de incursiones en comedia sentimental, comedia negra, película de aventuras y falso documental, Reiner recrea un clásico género hollywoodiense: la película procesal.

Reiner reconoce que A few good men es una película "de Tom Cruise". Y si los guionistas de Hollywood, en general, se declaran frustrados con sus experiencias, no es éste el caso. Los escritores que han colaborado con Reiner, desde pesos pesados como William Goldman o Nora Ephron hasta primerizos como Sorkin, se muestran orgullosos de sus trabajos con él.

En A few good men, Reiner muestra su gusto por películas al viejo estilo y transmite el placer que le provoca su oficio. "Volví a ver un montón de viejas películas de juicios y descubrí una en especial que, por extraño que parezca, nunca había visto: Testigo de cargo, de Billy Wilder. Quedé impresionado. Su habilidad con el juego con los actores o el uso de los espacios y luego las interpretaciones de Charles Laughton y Marlene Dietrich me maravillaron. Sí, es cierto que intento recrear ese viejo estilo, pero añadiéndole elemento s más modernos y buscando interpretaciones más de hoy". Tal vez Rainer entiende que quiere decir lo que Wilder consideraba el primer mandamiento del decálogo del cine: "Prohibido aburrir".

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