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Clinton afirma que los norteamericanos "no esperan milagros, pero sí progresos"

Antonio Caño

El presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, dijo ayer que el pueblo norteamericano "no espera milagros, pero sí espera progresos" durante su Administración, y animó a los líderes demócratas y republicanos del Congreso a trabajar juntos, "en unacooperación sin precedentes", para aprobar un programa económico que permita el crecimiento rápido sin aumentar el déficit público. Clinton prometió también "revisar" la política de venta de armas del Gobierno estadounidense y procurar un acuerdo para la limitación de armas de destrucción masiva.

Al término de una visita de seis horas al Congreso, durante las que almorzó con dirigentes de ambos partidos en las dos Cámaras, Bill Clinton ofreció una rueda de prensa en la que valoró esta reunión como "un buen punto de partida" para inaugurar una nueva era en la que se ponga fin a una política de bloqueo entre los poderes ejecutivo y legislativo.El presidente de la Cámara de Representantes, Thomas Foley, comentó que, en su dilatada experiencia en el Capitolio, nunca había observado tanta voluntad de cooperación como en estos momentos. El líder de la minoría republicana en el Senado, Bob Dole, presente en la conferencia de prensa, consideró que las ideas de Clinton para salir de la crisis económica se encuentran, en la dirección correcta".

El presidente electo anunció también que pondrá mayor énfasis en el respeto a los derechos humanos en China y prometió "mano firme" para conseguir algunos de los objetivos del Gobierno norteamericano en política exterior.

El presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, emprendió ayer negociaciones con dos de los principales poderes de Washington: los líderes demócratas y republicanos del Congreso, a los que prometió hacer cuanto esté en su mano para conseguir una buena relación de trabajo, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Colin Powell, que se opone a los planes de Clinton de permitir la entrada en el Ejército de homosexuales y lesbianas. Mientras tanto, Hillary Clinton recorrió con Barbara Bush la Casa Blanca.

Un nuevo estilo

El segundo día de Clinton en Washington, de donde tenía previsto salir anoche de regreso para Little Rock (Arkansas), fue una confirmación del nuevo estilo que el próximo presidente quiere imponer en su mandato. A primera hora de la mañana, cuando el sol apenas se divisaba entre la niebla y una llovizna fría mojaba el césped del National Mall, el presidente electo corrió casi cuatro kilómetros por el Lincoln Memorial, el obelisco a Washington y los jardines de la zona más monumental de la capital. Después, entró a desayunar en el restaurante donde comen los burócratas y los obreros que a esas horas se preparan para iniciar su trabajo, un McDonald's que fue construido hace algunos años en el edificio en el que se albergaba uno de los más elegantes comedores franceses de la ciudad.Antes de las ocho y media de la mañana Bill Clinton estaba ya en el Capitolio dispuesto a entrevistarse por primera vez con el líder de la minoría republicana en el Senado, Bob Dole, que ha prometido mantener una firme oposición al presidente, y otros dirigentes republicanos y demócratas de ambas Cámaras.

Bill Clinton había sostenido ya un primer contacto con la plana mayor demócrata del Congreso el pasado fin de semana en Little Rock, pero ayer quiso confirmar en el mismo edificio de la gran cúpula que domina las avenidas Pennsylvania y Constitution que viene a Washington con la intención de romper una larga tradición de guerra fría entre el Ejecutivo y el Legislativo. Desde 1980 no se da la circunstancia de que un sólo partido controle al mismo tiempo esos dos poderes.

Homosexuales en el ejército

Por la tarde, en una habitación del hotel Hay Adams, donde decidió hospedarse, renunciando a la oferta de instalarse en una residencia oficial, recibió al general Colin Powell, jefe de las Fuerzas Armadas norteamericanas, con quien tenía previsto debatir la futura reestructuración del Ejército y el asunto del servicio militar de los homosexuales.El general Powell ha declarado que la presencia de homosexuales en los cuarteles es incompatible con el estilo de vida y la disciplina que se requieren en la vida castrense. Bill Clinton se comprometió, sin embargo, durante su campaña electoral a levantar esa forma de discriminación en el Ejército, aunque no ha establecido plazos precisos para hacerlo. Clinton declaró ayer que siente "el máximo respeto" por el jefe del Estado Mayor, pero no explicó qué vía buscarán ambos para llegar a un acuerdo.

La ciudad de Washington fue ayer totalmente para Clinton. El presidente George Bush, que no ha podido ocultar su estado de profunda depresión por su derrota en las elecciones del 3 de enero, tuvo que salir ayer de la capital para visitar en Connecticut a su madre, Dorothy Walker Bush, de 91 años, que sufrió un empeoramiento en su salud y falleció en la noche de ayer.

Hillary Clinton participó el miércoles en una reunión del Fondo en Defensa de los Niños, una organización humanitaria de carácter progresista en la que la esposa del presidente electo había trabajado anteriormente. Los movimientos de Hillary son seguidos minuciosamente por una prensa que continuamente especula sobre la influencia política que esta mujer tendrá en la futura Administración.

El primer viaje a Washington de Clinton ha sido, en buena parte, una continuación de la campaña electoral. El presidente electo se ha ganado de entrada a esta ciudad gracias a su paseo por unas manzanas de la avenida Georgia, de mayoritaria población negra y emigrante.

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