Dante Caputo: "Este año marca el fin de la revolución conservador"
"Este año marca el fin de la revolución neoconservadora en política económica", afirmó ayer Dante Caputo, ex ministro de Asuntos Exteriores de Argentina, en la inauguración en Madrid de un seminario sobre El impacto de las nuevas políticas económicas sobre el desarrollo social y la democracia en América Latina, organizado, entre otras instituciones, por el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad.Para Caputo, América Latina vive en una tenaza entre las políticas populistas y el Estado impopular. Ambas han fracasado, por lo que "si alguien pretende la vuelta a políticas keynesianas clásicas después de la victoria de Bill Clinton en Estados Unidos, se equivoca. La gente no quiere la vuelta pendular al populismo, que también demostró su invalidez, sino la creación de un nuevo Estado en el que no todo lo públic1) sea estatal, y en el que se aborde una política impositiva, que no existe en América Latina, como política de recursos económicos. Los impuestos son una cuestión central, pero nadie quiere hablar de ellos". El ex canciller de Raúl Alfonsín afirmó que, en Argentina, parece que Clinton no ganó las elecciones y se mira hacia otro lado. "La política exterior de Clinton va a ser su política interior; esta última es la que va a influir en los pueblos", terminó.
Presentó a Caputo el director de EL PAÍS, Joaquín Estefanía, que se preguntó cuáles son "esas nuevas políticas económicas de las que se habla en el título del seminario". El periodista indicó que la revolución neoconservadora de Thatcher y Reagan pretendió sustituir la política por el mercado y conseguir gobiernos más limitados con líderes más fuertes. "Su resultado no ha sido bueno. Además, en el caso de Estados Unidos, Reagan y Bush endeudaron y financiaron una recuperación dirigida por el Gobierno, con un método sospechosamente parecido al estímulo keynesiano. Un Keynes vestido de color caqui, de color militar. En muchos momentos, el Estado definió la demanda con arreglo a las necesidades de los proveedores, y no de los consumidores; el Estado crea la demanda en estrecha colaboración con los productores, y más tarde compra el producto. Ésta es la realidad de la Iniciativa de Defensa Estratégica y la de la revolución neoconservadora. Así se cumple la ley de Say de que la oferta crea su propia demanda".
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