De pura raza
Gran parte de los productos experimentales de danza tienen el formato de cámara, y pocos de ellos despegan coralmente a una dimensión mayor.Cuando esto sucede, es que hay algo de magia, y de honesta calidad. La bailarina y creadora valenciana María Muñoz tiene hoy día una sólida identidad. Su asociación con Pep Ramis produce una química particular de sustancias que no suelen aparecer en esa tabla de Mendeleiev de la escena corriente y que tienen visos de ser originales, salidas seguramente del experimento de laboratorio.
Guste o no, es evidente que aquí hay un trabajo serio de puertas adentro. Esas sustancias, para continuar con la metáfora de la química, son mezcladas irregularmente y los productos emergentes, por fuerza, también lo son. Desde el programa de mano, y muy sutilmente, los creadores nos dicen que aquello es "un paisaje activo", una reflexión, y en la ficha el eden la palabra coreografía.
Compañía Mal Pelo
Sur (Perros del Sur). Dirección: Pep Ramis y María Muñoz. Música: Leo Lankhuyzen. Vestuario: Paulette Boschung. Luces: Gina Gascoigne. Intérpretes: Jordi Teixidó, Pep Ramis y María Muñoz. Festival de Otoño. Sala Pradillo. Madrid, 13 de noviembre.
Pero lo que el espectador recibe es justamente lo contrario: una poesía irreflexiva, animal, grotesca dentro de un horizonte quieto en su angustia y en su oscuridad opresiva. Nada malo hay en ello, siempre que escénicamente funcione.
Ramis y Muñoz, con ramalazos de arte ecologista, pintan un entorno rural donde los urbanícolas pescan referencias del pasado y de sus propias vivencias. La mitología popular de pueblo costero se respira casi secretamente, y el resultado ambiental es bello sin ser almibarado.
Textos que sobran
Los problemas comienzan cuando aparecen las pretensiones de una dramaturgia convencional para la que no están preparados. Los textos sobran, entorpecen la lectura de sus hallazgos, que no son pocos. Ramis no es un bailarín, sino un hombre del gesto bastante inclasificable; su movimiento tiene esa calidad entre intuitiva y bestial que le da fuerza, y ahora es todo un descubrimiento su voz potente y bien proyectada, tanto cuando habla como cuando canta o ladra.Jordi Teixidó es otro caso de actor evolucionado con buenas capacidades corporales que cataliza los polos opuestos de los otros dos. María Muñoz, por su parte, es la mejor y sigue encantando con su vibrante movimiento, siempre equinoccial, en evoluciones redondas y sentidas. Su capacidad de improvisar frases de baile llenas de aliento salta a la vista.
La nueva propuesta de Mal Pelo habla de un triángulo del desamor donde cualquier hostilidad, cualquier filo cortante, es mellado por esa respiración dolorosa de quienes quieren, a su pesar, encontrarse. El título resulta críptico, algo habitual en la danza contemporánea, y a la luz mortecina de lo visto en la Pradillo puede ser que hable de quienes perdiendo el norte encontraron el Sur.
Babelia
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