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Dunkel recuerda a los Doce que los restantes 95 socios del GATT demandan un acuerdo rápido con Washington

Lluís Bassets

El director del GATT, Arthur Dunkel, se entrevistó ayer por la mañana, durante una hora, con los comisarlos Frans Andriessen y Ray MacSharry, los dos negociadores designados por la Comisión Europea para reemprender la próxima semana el diálogo con la Administración norteamericana sobre comercio agrario. Dunkel les expresó la inquietud del Comité del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) por el punto a que han llegado las relaciones comerciales entre la CE y Estados Unidos -Washington y Bruselas se amenazan mutuamente con represalias arancelarias- y pidió a sus interlocutores que desplieguen todos los esfuerzos posibles para llevar a buen término las conversaciones, de las que depende la Ronda Uruguay entera. En concreto, les recordó Ia inquietud de los otros 95 países firmantes del GATT en Ginebra, que demandan un rápido acuerdo".Tanto MacSharry como Andriessen le aseguraron que la Comisión, está plenamente determinada a alcanzar un pacto con Washington que abra paso a un final feliz de la Ronda Uruguay con un acuerdo "global y equilibrado" sobre la liberalización del comercio mundial. Dunkel viajará a continuación a Estados Unidos, donde se entrevistará con los negociadores norteamericanos: los secretarios de Estado de Comercio, Carla Hills, y de Agricultura, Edward Madigan. Tras estos contactos, la semana próxima los cuatro negociadores volverán a sentarse de nuevo, posiblemente en Washington.

El director del GATT no ha tenido necesidad de apelar a su condición de mediador, pues en el interín la Comisión Europea resolvió la querella interna entre su presidente Delors y el comisarlo de Agricultura MacSharry y decidió abrir de nuevo las negociaciones, confirmando al equipo negociador que las había dirigido hasta entonces. Este gesto ha sido simultáneo a la flexibilización de la posición francesa, que pide únicamente la garantía de que el acuerdo se ajustará a los márgenes de producción agraria previstos en la nueva Política Agraria Común (PAC).

La evaluación de los márgenes de negociación que ofrece la PAC es ahora el problema más acuciante que tienen los negociadores europeos, pues existen teorías para todos los gustos, desde quien piensa que la nueva PAC es más perjudicial para los agricultores franceses que las propias peticiones de reducción propuestas por los norteamericanos, hasta quienes consideran que el principio de acuerdo roto en Chicago en la noche de las elecciones norteamericanas se encuadra en los límites de producción establecidos por la CE. Quienes sustentan la primera teoría aseguran que Francia tiene dificultades para aceptar la propia PAC, negociada por el anterior ministro de Agricultura, Louis Mermaz, y objeto de serios inconvenientes por el nuevo ministro, Jean-Piere Soisson, que ha dedicado duras. críticas a las amenazas de EE UU.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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