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España deja de pagar a la ONU por primera vez cuando accede al Consejo de Seguridad

España va a dejar de pagar por primera vez -durante este año y el próximo- gran parte de sus cuotas a Naciones Unidas justamente cuando acaba de ser elegida para formar parte del Consejo de Seguridad durante 1993 y 1994. Debido a las restricciones presupuestarias, España arrastrará a finales de año una deuda de 2.700 millones de pesetas -lo que supone la cuarta parte de su contribución anual a la ONU-, que dentro de 14 meses ascenderá a unos 7.700 millones de pesetas.

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Más de 4.000 millones para la paz en 1992

El presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores sufrió a mediados de año un recorte de 10.500 millones de pesetas -un 14,3% de lo presupuestado inicialmente- y para ahorrar se va visto obligado a diferir el pago de algunas cuotas a Naciones Unidas. Los tres primeros desembolsos aplazados van a ser, probablemente, la contribución española a la operación de mantenimiento de la paz en Camboya, unos 1.290 millones de pesetas, y las aportaciones a las misiones para Irak y Kuwait -casi 600 millones de pesetas- y para Angola -30 millones- a pesar de que España cuenta con cascos azules en este país africano.Afortunadamente para Asuntos Exteriores, el Ministerio de Defensa se hará cargo del envío y mantenimiento de los 740 legionarios, convertidos en cascos azules, en Bosnia-Herzegovina, despliegue cuyo coste mensual rebasa los 500 millones de pesetas.

Uno de los argumentos esgrimidos por los representantes españoles para obtener el voto para ser elegido, el pasado martes, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU ha sido, paradójicamente, la puntualidad de España en los pagos. Sin embargo, si se mantiene la actual tendencia, España se convertirá el próximo 31 de diciembre en el décimo deudor de Naciones Unidas, precedida por Rusia, Estados Unidos, República Surafricana, Brasil, Ucrania, Yugoslavia, Irán, Bielorrusia, Israel, y con un débito comparable a Libia y Nigeria.

En una reciente comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, el subsecretario de ese departamento, Máximo Cajal, suministró parte de esos datos a los diputados al tiempo que achacó la demora en los pagos al ajuste presupuestario y al aumento de los gastos de la ONU dedicados a operaciones de paz. También explicó que el presupuesto para 1993 no permitirá abonar más que un 70% de las cuotas a Naciones Unidas. La deuda española se incrementará, por tanto, en 5.000 millones, hasta alcanzar, a finales de 1993, los 7.700 millones de pesetas.

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Medidas de ahorro

Junto con el aplazamiento del pago de las cuotas, Asuntos Exteriores está tomando otras medidas de ahorro con vistas a no excederse de los 71.800 millones de pesetas de presupuesto de los que dispondrá en 1993, 1.200 millones menos de la cantidad que le fue, en un principio, asignada para 1992. El cuerpo de seguridad para proteger 13 embajadas importantes, que costaría unos 300 millones, no podrá ser puesto en marcha todavía, y los consejos de residentes, órganos representativos de la colonia española en el extranjero, sólo contarán con el 60% de la subvención que necesitan para funcionar.

Inocencio Arias, secretario de Estado de Cooperación Internacional, explicó, por su parte, que algunas agregadurías culturales están siendo trasladadas dentro de las embajadas para ahorrarse sus alquileres, y la misión de España ante la ONU en Nueva York, que tenía la intención de arrendar otra planta para instalar los refuerzos que recibe de Madrid, no podrá hacerlo.

Nuevas representaciones

A veces las economías de Exteriores rayan en lo ridículo: dos becas convocadas y adjudicadas por la Escuela Diplomática para 1993 no podrán ser atendidas porque el correspondiente capítulo presupuestario carece de asignación.

A pesar de la austeridad, Exteriores pretende abrir, según confirmó Máximo Cajal, dos nuevas embajadas -una en Croacia, en primavera, y otra, en otoño, en Kazajstán o en Uzbekistán- así como un consulado en Bombay (India) para descargar de trabajo a la representación diplomática en Nueva Delhi. Paralelamente, el departamento está considerando el cierre de cinco consulados: Rotterdam (Holanda), Nîmes, Hendaya y Metz (Francia) y Bremen (Alemania).

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