Cultura dirige una campana para los que han dejado de leer
El director general del Libro y Bibliotecas, Federico Ibáñez, anunció ayer que en enero comenzará en Madrid y Barcelona una campaña de promoción de la lectura, dirigida fundamentalmente a los jóvenes entre 18 y 35 años que han abandonado el hábito de la lectura. El Ministerio de Cultura, con ésta y otras iniciativas, quiere convertir 1993 en el año de la lectura.
La campaña, que durará tres años, con un presupuesto de 470 millones de pesetas, tiene el apoyo del Ministerio de Cultura, "con recursos y consejos", y de todos los sectores de la industria del libro. Las empresas aportan 110 millones de pesetas."Hay en estos momentos uña nueva valoración del libro, desde el Consejo de Europa y la Comunidad Europea, que trabaja en un Día Europeo del Libro, y desde los municipios españoles. Para Cultura va a ser el año de la lectura, con un periodo de reflexión y debate. Es una vuelta al libro como territorio de la libertad y de los matices, como soporte de un diálogo intercultural", declaró Federico Ibáñez.
El inicio de la campaña coincidirá con el conocimiento de los datos sobre la situación de la industria del libro español, que en estos momentos refleja -un aumento -del 21% en las exportaciones editoriales y en el número de títulos publicados. Junto a estos análisis se debatirán con expertos los aspectos psicológicos y sociológicos de la lectura, en un encuentro dirigido por Martín Serrano sobre La sociedad lectora.
Ibáñez afirmó que las asociaciones de editores y libreros habían mostrado su satisfacción con la reducción del IVA para los libros al 3%. "El Gobierno está muy atento y es sensible a los problemas del libro, que equipara con el IVA superreducido a los artículos de primera necesidad. Ello significará para el sector una devolución de entre 7.000 y 8.000 millones de pesetas, y para los consumidores una reducción del precio de los libros. El marco fiscal es favorable para la actividad editorial".
Entre otras actividades de su departamento, se refirió a la modificación de los premios institucionales, cuyos jurados dejarán de ser secretos.
