Yeltsin prohibirá por decreto la coalición de partidos opuestos a sus reformas
El presidente ruso, Borís Yeltsin, ha ordenado que se prepare un decreto "de efecto inmediato" para prohibir el recientemente constituido Frente de Salvación Nacional (FSN), que agrupa a diversas organizaciones políticas opositoras a las reformas radicales que se están desarrollando en Rusia. La amenaza de Yeltsin, junto a las noticias de que el Consejo de Seguridad debatió la posibilidad de introducir el estado de excepción, muestra que el presidente está preocupado por la unificación de sus opositores y que ha apostado por una lucha frontal contra ellos.
El FSN, creado el fin de semana pasado con la participación de las fuerzas de oposición radicales, llama, según Yeltsin, a derrocar a las "autoridades legítimamente constituidas" y "desestabiliza la sociedad". "Existe un terrible peligro, pero en Occidente todavía no lo entienden", señaló Yeltsin, adelantándose a las posibles críticas por sus formas antidemocráticas.El nacimiento del FSN se produjo la misma semana en que el Parlamento rechazó, por amplia mayoría, la petición de Yeltsin de aplazar hasta marzo el VII Congreso de Diputados del Pueblo (el macroparlamento ruso y máximo órgano de poder, según la Constitución). Y el FSN piensa utilizar el macroparlamento para acabar con el actual Gobierno liberal y "neutralizar" a Yeltsin, privándole de los poderes extraordinarios que se le concedió hasta diciembre. La composición del macroparlamento -muchos ex funcionarios comunistas, directores de haciendas colectivas socialistas y de industrias militares- hace que esta tarea no sea difícil si los grupos opositores al actual Gobierno consiguen unirse. Sin embargo, Yeltsin declaró ayer que en el Congreso -que debe abrirse el primero de diciembre- no está dispuesto a "sacrificar" ni al primer ministro en funciones, Yegor Gaidar, ni al ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, dos de las figuras más criticadas por la oposición.
Si el macroparlamento decide cesar al actual Gobierno y privar a Yeltsin de los poderes extraordinarios, no hay mecanismo legal para impedirlo. Este temor y el fortalecimiento de la oposición ha llevado a los dirigentes rusos a discutir el establecimiento del estado de excepción, declaró ayer el ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov. "Por suerte, tuvieron suficiente cordura para no implantarlo", añadió.
[El presidente del Parlamento ruso, Ruslan Jasbulatov, envió ayer a su fuerza policial al edificio del diario Izvestia, según denunció su director, Nikolai Bodnaruk].
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