Collor acusa a sus colaboradores directos de las prácticas de corrupción

El ex presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello, presentó ayer su defensa ante el Tribunal Supremo Federal y responsabilizó a sus colaboradores por las irregularidades que culminaron finales de septiembre con su separación temporal del cargo. Diversas personalidades del Movimiento por la Ética en la Política creado en agosto para impulsar la destitución de Collor, expresaron temores sobre que el juicio político en el Senado se enrede en plazos y normas y el mandatario recupere su cargo.

En su defensa ante el Tribunal Supremo, el presidente suspendido expresó su "condena vehemente" a su antiguo amigo y tesorero, el empresario Paulo César Farías, y a su ex secretario, Claudio Vieira, por las irregularidades que desencadenaron el mayor escándalo de la historia política brasileña.En un documento de 49 páginas, Collor acusó a Farías de haber emitido, bajo identidad falsa, cheques por varios cientos de millones de dólares para pagar los gastos del presidente, sin que él lo supiera.

El mandatario, suspendido por 180 días, culpó a Vieira de haber hecho una administración "nada ortodoxa" de los recursos obtenidos en la operación Uruguay, un crédito de cinco millones de dólares obtenido en 1989 en Montevideo. Según la comisión parlamentaria que investigó la corrupción en el Gobierno de Collor, este préstamo nunca existió y habría sido fraguado al único efecto de justificar los cuantiosos gastos que sustentaban la opulenta vida del mandatario brasileño.

Uno de los abogados de Collor de Mello adelantó que "Claudio Vieira será pieza clave de la defensa, pues era el administrador de los bienes del presidente", y aseguró que, "si Vieira pidió o utilizó recursos de Paulo César Farías, ello ocurrió sin su conocimiento" [de Collor].

Desmovilización popular

Mientras tanto, el principal acusador del mandatario ante el Senado, el presidente de la Asociación Brasileña de Prensa, Barbosa Lima Sobrinho, de 94 años, advirtió que la desmovilización popular y el riesgo de un juicio prolongado pueden dar nueva fuerza al presidente destituido temporalmente. El Movimiento por la Ética en la Política, integrado por el Colegio de Abogados, la Asociación Brasileña de Prensa y la Central única de Trabajadores, ha divulgado un comunicado en el que critica las reglas establecidas para el proceso en el Senado, que "amenazan con frustrar la movilización del pueblo brasileño".