Los combates entre croatas y musulmanes de Bosnia obligan a suspender de nuevo los vuelos a Sarajevo
Los responsables de la ONU ordenaron ayer una nueva suspensión de los vuelos humanitarios a Sarajevo a causa de la intensificación de los combates entre fuerzas croatas y musulmanas de Bosnia-Herzegovina, que hasta ahora eran aliados fórmales contra los serbios en la guerra de esta república de la antigua Yugoslavia. Fuentes diplomáticas occidentales interpretan la ruptura de la alianza musulmano-croata como el indicio de que la guerra entra en su fase final, en la que se jugará la última carta: el reparto de Bosnia-Herzegovina entre serbios y croatas a expensas de la comunidad musulmana.
Los territorios en disputa en los combates entre los antiguos aliados de Bosnia-Herzegovina son aquel los que no reclaman las fuerzas serbias que dirige Radovan Karadzic, quienes han cubierto prácticamente todos sus objetivos militares en su acción expansionista después de seis meses de guera. "Los serbios ya tienen lo que quieren, y los musulmanes no tienen la fuerza suficiente para deshacerse de los croatas", declaraba ayer un diplomático occidental en Belgrado.El tiempo juega en contra de los musulmanes bosnios, que perderán la presidencia de la república en beneficio de un croata el próximo mes de diciembre en cumplimiento de la norma que establece una rotación entre las comunidades de Bosnia-Herzegovina. El presidente actual es el musulmán Alia Izetbegovic.La alianza entre croatas y musulmanes ha sido siempre frágil. Los primeros han sido acusados repetidamente de no emplearse a fondo en la guerra contra la agresión serbia en Bosnia. El reparto de la república entre serbios y croatas a través de una cantonalización ha sido la carta que se han guardado en la manga sus dos máximos dirigentes Radovan Karadz1c y Mate Boban, respectivamente, desde el acuerdo en este sentido que firmaron el pasado 6 de mayo en la ciudad austriaca de Graz.
El conflicto abierto entre los antiguos aliados estalló en la localidad de Vitez, al noroeste de Sarajevo, el martes pasado, cuando los croatas denunciaron un supuesto ataque de las fuerzas musulmanas en el que habrían muerto 22 combatientes, según ha informado la radio de los croatas.
Los musulmanes dieron una versión completamente opuesta. Los cascos azules de la ONU consiguieron evacuar a los 11 miembros de la oficina del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que habían quedado bloqueados a causa de los combates. El jefe del Estado Mayor bosnio, Sefer Halilovic, ordenó ayer a todas sus fuerzas que cesaran el fuego contra las unidades croatas. "Todos los conflictos entre unidades de las fuerzas armadas bosnias deben ser resueltas mediante la negociación", señaló Halilovic.
Paralelamente, los medios de comunicación de Zagreb, capital de Croacia, insistían por segunda vez en que el presidente bosnio, Alija Izetbegovic, había sido depuesto por dirigentes musulmanes rivales. El autor del supuesto golpe, el vicepresidente Eyup Ganic, calificó de ridícula la información, que, según varios analistas, es un intento de Zagreb de desestabilizar al Gobierno bosnio.
En Ginebra, serbios, croatas y musulmanes entablaron la negociación de las contrapropuestas a la iniciativa de Izetbegovic en torno a las bases de la futura Constitución. El presidente bosnio propuso la creación de un Estado laico descentralizado en ocho o 10 regiones que gozarían de una amplia autonomía y que evitaría la división de Bosnia-Herzegovina en cantones étnicos independientes.
Los serbios de Bosnia, opuestos hasta ahora al mantenimiento del Estado central, "han flexibilizado sus posiciones", declaraba de manera un tanto optimista, a juzgar por lo acontencido en el frente de batalla, el portavoz de las negociaciones, Fred Eckard.
Cosic, hospitalizado
Izetbegovic señaló que una delegación militar bosnia de alto nivel se reunirá en Ginebra con mandos militares de las fuerzas serbias para discutir la desmilitarización de Sarajevo en la primera reunión, cara a cara, entre líderes de ambos bandos. El presidente bosnio reiteró, sin embargo, su negativa a mantener contactos políticos con los rebeldes serbios.
En el segundo encuentro entre los presidentes Franjo Tudjman y Dobrica Cosic, Zagreb y Belgrado han acordado establecer sendas oficinas de enlace en ambas capitales precursoras de las futuras embajadas entre los dos Estados, igualmente ha sido confirmada la retirada a Montenegro de las tropas federales de la península de PrevIaka, desde donde ha venido siendo bombardeado el puerto adriático de Dubrovnik.
Cosic fue hospitalizado ayer en Belgrado a su regreso de Ginebra, según informaron fuentes hospitalarias, que no precisaron la naturaleza de la dolencia del presidente yugoslavo, de 72 años de edad.
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