Alarma en Europa por la ruina del mundo editorial de los países del Este

Jack Lang insistió ayer en su idea de "constituir el espacio literario e intelectual de la gran Europa" en su discurso de inauguración de la conferencia de los ministros de Cultura de los 27 países miembros del Consejo de Europa que se celebra en París. Esta conferencia, consagrada a la situación del mundo del libro en la mitad oriental del Viejo Continente, sucede al coloquio de intelectuales europeos celebrado a comienzos de esta semana en la capital francesa. El ministro español de Cultura, Jordi Solé Tura, que se recupera de una operación sin importancia, no participa en los trabajos, que deben concluir hoy.Lang expresó su inquietud por la situación del mundo editorial en los países recién liberados del comunismo. "¿Cómo podemos ayudar a estos países a construir nuevos instrumentos de producción y difusión del libro sobre las ruinas de los sistemas estatales?", se preguntó el ministro francés de Educación y Cultura. "Se impone", respondió, "un plan de urgencia promovido por el Consejo de Europa".

Un estudio del Consejo de Europa difundido en París presenta un panorama alarmante de la situación editorial en la mitad oriental del continente. "Los actuales cambios políticos y económicos exigen una reforma de los sistemas educativos y, en consecuencia, una nueva generación de libros de texto. Los materiales actualmente disponibles son ideológicamente deformes y científicamente obsoletos".

"Desdichadamente", prosigue el estudio, "los sistemas de edición, impresión y distribución son víctimas de las mutaciones económicas. Los precios han subido, las ventas han bajado y las viejas empresas estatales atraviesan enormes dificultades. Las editoriales privadas nacidas en los últimos años -200 en Bulgaria, 400 en Hungría y 700 en Polonia- son de talla pequeña y escasa capacidad financiera. La edición escolar cede su lugar a la literatura erótica o populachera".