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Los optimistas de la Vía Láctea

Los que creen en la vida de inteligencia extraterrestres en nuestra galaxia son, llamados en los medios científicos los optimistas. Se basan en la fórmula matemática ecuación de Drake, resultado de un encuentro de astrónomos celebrado en Green Bank (EE UU) en 1961.Coordinados por el astrofísico Frank Drake, "trataron de cuantificar las probabilidades de existencia de civilizaciones extraterrestres en las que se incluían todos los factores reconocidos teóricamente importantes (estrellas, tipo de planeta, hidrosfera, evolución irreversible de un planeta como Marte que ha perdido su atmósfera, o la posibilidad de autodestrucción) para la aparición, evolución y organización de la vida en sociedades inteligentes", explica Francisco Anguita, geólogo de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador para España de la Sociedad Planetaria. "Hoy, 30 años después", añade Anguita, "se han producido en astronomía, planetología y biología avances lo bastante significativos como para que valga la pena hacer una revisión de al menos algunos parámetros que aparecen en la ecuación".

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Divulgada en la serie de televisión Cosmos por Carl Sagan, presidente de la Sociedad Planetaria, la ecuación de Drake representa una estimación estadística del número de civilizaciones inteligentes en la Vía Láctea. Drake llegó a idear una demostración de que existe un cierto número de civilizaciones tecnológicas en nuestra galaxia. Y Carl Sagan, más tarde, las cifró en 10.

Entre el "seguro que hay vida extraterrestre" y el "es altamente improbable", la mayor parte de los científicos se mueve en el centro de la duda. "Es la vieja pelea entre el antropocentrismo y la ciencia en general", afirma Anguita, un optimista convencido y paciente porque sabe que "otros acabarán aceptando que vida e inteligencia en nuestra galaxia son probables".

Entre dudas y certezas, la vida continúa. Antonio Rius, radioastrónomo del Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales (INTA), que tuvo la misión imposible de recolectar científicos españoles interesados por el SETI, declaró el pasado mes de abril a este periódico tras su incansable búsqueda: "El proyecto SETI no es tan disparatado como puede parecer, ante todo porque van superpuestos a él avances tecnológicos muy significativos para la radioastronomía. Es como tirar piedras a la Luna", añadió; "es muy probable que no alcances nunca la Luna, pero al final tienes un brazo fortísimo de intentarlo".

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