El FECOM, pieza clave para la estabilidad cambiaria
La crisis de los mercados monetarios europeos podría haber sido peor sin la existencia del Mecanismo de Cambios del Sistema Monetario Europeo (FECOM). Este organismo, creado a la vez que el propio SME en 1979, ha permitido a monedas como la libra esterlina y la lita italiana aguantar el tipo durante muchos días, hasta que la situación ha desembocado en una auténtica crisis global.El FECOM se ha mantenido en un segundo plano durante sus 13 años de vida. Es un mecanismo complejo y misterioso que funciona con escasos medios humanos y la máxima confidencialidad. Este organismo está compuesto por un responsable y varias secretarias que trabajan en la sede del Banco Internacional de Pagos, en la ciudad suiza de Basilea. En esa oficina se recibe la información confidencial de las operaciones entre bancos centrales, se comprueba y se anota.
Financiación a corto
La función primordial del FECOM es asegurar la financiación a corto plazo de las operaciones en divisas de los países miembros del SME (todos los de la Comunidad Europea excepto Grecia). La normativa del SME establece que cuando la moneda de un país alcance su límite de máxima depreciación en la banda del SME, el banco central de la moneda fuerte tiene que proporcionar divisas propias en cantidad ilimitada a la autoridad monetaria de la moneda débil para que ésta los venda en su propio mercado y así fortalezca su moneda. Además, el banco de la moneda fuerte debe comprar divisas de la débil en el mercado propio.
El FECOM contabiliza las operaciones realizadas en ambos países para determinar la deuda del país de moneda débil respecto al fuerte. Esa cifra no se contabiliza oficialmente como pérdida de reservas exteriores del banco central del estado que ha pedido ayuda, pero en la realidad supone una pérdida de divisas porque debe devolver el préstamo. El prestatario tiene que devolver la cantidad recibida en un plazo de seis meses, pagando además el tipo de interés vigente (10%) para la Unidad de Cuenta Europea (ECU).
Durante la tormenta monetaria, Italia y el Reino Unido han tenido que acudir al FECOM y recibir marcos del Bundesbank para defender la cotización de la lira y la libra respectivamente. Francia, que también lo necesitaba, ha preferido actuar al margen del mecanismo, por razones políticas y de prestigio internacional. Para ello, acordó con Alemania la apertura de una línea privada entre ambos países. Este sistema ya había sido utilizado entre marzo y junio de 1991 con España, recibiendo más de 500.000 millones de pesetas del Banco de España. Al igual que los créditos concedidos a través del FECOM, el dinero recibido del Bundesbank por el Banco de Francia debe ser devuelto, a los tipos de interés de mercado, y supone realmente una pérdida de divisas para Francia.
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