Militares
Desde luego ha mejorado mucho la opinión que los ciudadanos de este país tienen sobre los militares, desde aquellos meses terribles en torno al 23-F, cuando una se tropezaba en la calle con un oficial y te entraban ganas de pedir socorro. Ya no se les teme ni se les considera el enemigo, lo cual es justo y necesario. Pero vengo leyendo últimamente unas noticias que se refieren al Ejército, o al Ministerio de Defensa, que me resultan un poco espeluznantes.Me refiero a la ya vieja historia de las novatadas de la mili, por ejemplo, y también a esa costumbre bárbara e inhumana que consiste en echar de sus casas a las viudas de los guardias civiles. Este último asunto saltó a la prensa a raíz de un intento concreto de desalojo que fue impedido por los vecinos. Se publicó la noticia y se armó cierto revuelo, pero a las pocas semanas, en cuanto que el tema se enfrió, el Ministerio de Defensa echó a la anciana de su casa. Y hay una última noticia, en fin, de la que me acabo de enterar gracias a una interpelación de Izquierda Unida. Por lo visto el Ministerio de Defensa considera "una mancha en el expediente" el haber sido militar de la República, esto es, fiel a la legalidad y no golpista; y esa "mancha" impide obtener a los republicanos las condecoraciones habituales entre los veteranos. Además, los militares de la República tienen un carnet distinto y no disfrutan del descuento de Renfe ni de los economatos, residencias y farmacias militares.
Lo peor, con todo, no son estas injusticias evidentes, sino la impunidad y el desplante con que persisten en la tropelía. Esto es: lo verdaderamente grave no son las bestiales novatadas de la mili, sino que un tribunal militar absuelva tranquilamente a los culpables. Les aseguro que estoy deseando poder respetar y admirar al estamento militar. No me lo pongan muy difícil.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.