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La resonancia magnética se revela como un instrumento para lograr un diagnóstico cardiaco más seguro

Milagros Pérez Oliva

Diversos trabajos científicos presentados en el Congreso Europeo de Cardiología celebrado a finales de agosto en Barcelona han confirmado que, contra los pronósticos iniciales, la resonancia magnética puede convertirse en un instrumento de diagnóstico cardiaco más exacto y más seguro que los ahora disponibles.Esta es la conclusión a que han llegado también Guillem Pons Lladó, cardiólogo del hospital de Sant Pau y de la clínica Corachán de Barcelona, y Carlos Alexander, responsable del Centro de Diagnóstico Ultrasónico Corachán, después de haber experimentado la técnica en diagnóstico cardiaco. La resonancia permite observar con claridad, por ejemplo, el punto donde se encuentra una obstrucción o determinar la parte del órgano cardiaco que se encuentra isquémica (falta de riego) tras un infarto.

Esta técnica se basa en la creación de un campo magnético muy intenso -de ahí que el paciente se introduzca en un enorme tubo- capaz de orientar en una determinada dirección el núcleo de los átomos de hidrógeno que, como componentes del agua, están presentes en todo el cuerpo. Un sistema de radiofrecuencia permite captar las señales producidas por el movimiento de los átomos que, una vez procesadas, son traducidas a imágenes visuales por un potente ordenador.

La técnica permite ver los órganos internos en sucesivos cortes verticales y horizontales. La sucesión de imágenes a través de un vídeo permite luego reproducir el movimiento del corazón. Es perfectamente visible, por ejemplo, el pequeño reflujo de sangre que se produce en cada latido en una paciente afectada de insuficiencia cardiaca.

Las perspectivas que abre esta técnica de diagnóstico son extraordinarias", afirma Guillem Pons. El movimiento del corazón, que se consideraba un obstáculo para obtener e interpretar las imágenes, no constituye ahora ningún impedimiento. "En el futuro, podrán crear programas expertos capaces de elaborar diagnósticos automatizados, vaticina Pons.

Una exploración neurológica por resonancia magnética requiere ahora que el paciente esté dentro de la máquina durante unos 40 minutos. En los enfermos cardiacos dura unos 15 minutos. Los últimos equipos son capaces de obtener imágenes para hacer un diagnóstico en apenas 8 minutos.

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