El catastrofismo no es la solución
Las propuestas del concejal de Hacienda para que el Ayuntamiento deje de prestar los servicios a los que no está legalmente obligado contradicen, según los autores, la Carta Europea de Autonomía Local.
y JOSE LUIS PESTAÑALos planteamientos del concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid son un diagnóstico catastrofista de la situación actual de los municipios. Ello le lleva a proponer, ante la supuesta imposibilidad de obtener recursos, que los municipios dejen de prestar aquellos servicios a los que la ley no les obliga estrictamente.Como todavía no se ha encontrado la fórmula milagrosa de satisfacer las demandas sociales sin recursos, obligado por sus promesas electorales de poner Madrid a nivel europeo sin subir los impuestos, al Partido Popular no se le ocurre otra cosa que proponer la su presión de aquellos servicios, principalmente sociales, culturales y educativos, es decir, ser vicios que incrementan el bienestar y característicos de las administraciones modernas. Se hace un diagnóstico exagerado de la mala situación financiera de los ayuntamientos que busca única y exclusivamente servir de coartada a un recorte exagerado de los gastos sociales, culturales y educativos en los próximos presupuestos.
Puntualizaciones
En cuanto a la pretendida insuficiencia y grave crisis financiera de los ayuntamientos, debemos hacer las siguientes puntualizaciones:
- Los datos de las liquidaciones presupuestarias de los ayuntamientos del año 90 (informe del Banco de Crédito Local) señalan que el ahorro bruto de los ayuntamientos, magnitud que mide la capacidad para hacer frente con los ingresos corrientes a los gastos de idéntica naturaleza, sólo es negativa en 10 municipios (4% del total). Aunque en 1991 haya aumentado esta cifra, en ningún caso se puede hablar, como dice López Amor, "de un buen número de municipios...", sino de unos cuantos casos concretos.
- Muchos municipios, entre ellos el de Madrid, no han agotado las posibilidades que la Ley Reguladora de Haciendas Locales les ofrece para incrementar los tipos impositivos de los impuestos locales, por lo que si la recaudación es insuficiente es en cierto modo voluntaria, al no querer asumir el coste político de subir los impuestos locales, máxime cuando se han hecho promesas en sentido contrario.
- Señala López Amor, asimismo, que "buen número de ayuntamientos se endeudan a largo plazo para cubrir el nivel de los servicios". Ya hemos visto que ese "buen número", se convierte en unos cuantos, pero es que además el endeudamiento a largo sólo se debe utilizar para financiar inversiones, que al crear riqueza justifican el recurrir a financiación externa, y así lo establece la ley. Un alto nivel de endeudamiento, dentro de los límites legales, puede ser bueno.
Ante esta situación, que vemos que no es tan grave, se propone el prestar menos servicios, es decir, tener menos competencias, aduciendo el solapamiento y duplicidad de las mismas con otras Administraciones. Ante semejante desporpósito debemos considerar que:
- La Carta Europea de Autonomía Local, ratificada por España, define la autonomía como "el derecho y la capacidad efectiva de las entidades locales de ordenar y gestionar una parte importante de los asuntos públicos, en el marco de la ley, bajo su propia responsabilidad, y en beneficio de sus habitantes". López Amor lo que propone es gestionar una parte poco importante de los asuntos públicos.
- También la citada Carta de Autonomía Local establece que "el ejercicio de las competencias públicas debe incumbir preferentemente a las autoridades más cercanas a los ciudadanos", es decir, los ayuntamientos. López Amor propone "que lo hagan otros", por supuesto menos próximos a los ciudadanos.
- Se establece en la ya mencionada Carta la garantía de la proporcionalidad de los recursos financieros y las competencias. Si López Amor cree que no existe tal proporcionalidad, y en ese sentido también estamos en cierto modo de acuerdo, la solución no es prestar menos servicios, sino reclamar tal proporcionalidad.
Somos de los municipios que menoS gastámos en Europa y de los que menos servicios prestamos al ciudadano. En este contexto, no se comprende cómo se puede aspirar, en vez de a la equiparación, a tomar la senda contraria: un papel aún más secundario en el sector público.
- También parece olvidarse el señor López Amor de que cuando varias administraciones concurren en el desempeño de una determinada competencia no necesariamente debe implicar solapamiento y duplicidad de actuaciones, pues existen formas institucionalizadas, de cooperación, colaboración, delegación...
- Por último, hay que hacer hincapié en que muchos servicios o competencias "no obligatorias" que prestan los ayuntamientos han sido establecidos para satisfacer demandas y reivindicaciones ciudadanas ante la inhibición de las otras administraciones o la imposibilidad de prestarlos adecuadamente. Así pues, ha sido la demanda ciudadana, y no la voluntad apriorística de muchos ayuntamientos, lo que ha obligado a prestar los servicios.
Descentralización
En resumidas cuentas, es necesario clarificar y delimitar las competencias de cada una de las administraciones, claro que sí; las fuentes de financiación deben ser suficientes, por supuesto; pero nunca podemos estar de acuerdo en que el funcionamiento defectuoso, y por tanto manifiestamente mejorable, de los sistemas de financiación de las corporaciones locales, y la poca delimitación de ciertas competencias de los mismos, sirvan para amparar propuestas como la del señor López Amor. Ello supone dar un gran paso atrás en la descentralización, hacer caso omiso de las reivindicaciones ciudadanas, renunciar a un mayor papel de los representantes locales electos en el conjunto del Estado, y seguir siendo los eternos convidados de piedra en la solución de los grandes retos que el futuro plantea a los municipios españoles, especialmente a los más grandes.
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