El Gobierno anuncia más sacrificios para poder estar en la Europa de primera clase en 1997

El ministro de Economía salió ayer al paso de declaraciones de varios líderes europeos partidarios de desarrollar el proceso de unión europea a dos velocidades, lo que significaría que España quedaría excluida del grupo de países con monedas más estables: Alemania, Francia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Carlos Solchaga, tras la aprobación ayer por el Gobierno de unos presupuestos para 1993 fuertemente restrictivos, rechazó frontalmente este modelo de construcción europea y aseguró que España tomará las medidas necesarias para estar en 1997 en la Europa de primera clase, cueste lo que cueste.

Este voluntarismo del Gobierno choca con las numerosas declaraciones extranjeras registradas en las últimas 24 horas a favor de acelerar la unidad europea contando con un reducido número de socios, que casi todos cifran en cinco. Nadie incluye a España entre ellos. EI gobernador del banco central belga se mostró ayer partidario de crear una moneda única sobre las divisas de Alemania, Francia y los tres países del Benelux.La ministra francesa de Asuntos Europeos, Elisabeth Guigou, consideró que el proceso de unión europea admite un desarrollo de "geometría variable" y que es posible que Europa se consolide a ritmos diferentes. En este mismo sentido se ha pronunciado el ministro de Finanzas alemán, Theo Waigel, que anteanoche afirmó que la CE debía considerar la opción de desarrollarse a diferentes velocidades.

En medio de estas manifestaciones, los mercados vivieron ayer una jornada de relativa calma. El franco recuperó su posición frente al marco, y la peseta se apreció frente al dólar, gracias, en buena medida, a una nueva intervención del banco emisor.

El Gobierno aprobó los Presupuestos del Estado para 1993, cuyos datos más significativos reflejan una fuerte caída del crecimiento económico -fijado en algo más del 0,7%- y un elevado aumento del paro. Solchaga no quiso precisar las previsiones de desempleo, pero afirmó que no hay política económica que pueda evitar hoy un crecimiento del paro.

El panorama recesivo se confirma por el aumento de suspensiones de pagos y quiebras. Las deudas declaradas en junio multiplicaron por cinco las del mismo mes del año anterior.

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