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Los médicos italianos convocan una huelga nacional contra la reforma del sistema sanitario

La drástica reducción de prestaciones sanitarias acordada recientemente por el Gobierno italiano merece el rechazo de los médicos, que proclaman que el ahorro que el Estado derivará de ella es incomparablemente menor que el incremento de gasto que representará para los ciudadanos. La reforma propuesta deteriorará además la medicina preventiva y amenaza con bloquear los hospitales, según los doctores, que han convocado, una huelga sanitaria nacional para el próximo 2 de octubre.

El capítulo sanitario es el más espectacular, y por tanto el más polémico, del conjunto de medidas aprobadas por el Gobierno italiano del socialista Giuliano Amato con vistas a ahorrar 92 billones de liras (más de siete billones de pesetas) en los presupuestos generales del Estado del próximo año. El recorte programado de estas prestaciones deberá facilitar, en efecto, casi el 12% de la reducción, prevista en 43 billones de liras, del gasto público.Para ello, el Gobierno ha decretado que a partir del próximo 1 de enero la única prestación gratuita que recibirán los miembros de familias con rentas saneadas será el internamiento en un centro hospitalario. Todo lo demás, las visitas al médico de cabecera, las pruebas y análisis para diagnósticos, las medicinas, deberá ser costeado por el ciudadano.

El punto más polémico del decreto es que el límite de renta a partir del cual se pierden casi todos los derechos a la sanidad pública queda fijado en la modesta suma de 40 millones de liras al año (unos 3.200.000 pesetas) para toda la unidad, fámiliar, independientemente de que ésta conste de un solo miembro o de seis. Veinte millones de unidades familiares italianas tuvieron una renta superior a ese límite en 1991, que es el año de referencia tomado por el decreto. Ello da idea del gran número de italianos que quedarán virtualmente excluidos del sistema, aunque seguirán pagando un impuesto específico para sufragarlo.

Gratis, sólo los jubilados

Por lo que se refiere a las medicinas, a partir del nivel de renta indicado sólo las seguirán obteniendo gratuitamente los jubilados o enfermos graves, para los que, además, se introduce un tope anual en sustitución del talonario de recetas. Con ello se trata de evitar que estos beneficiarios puedan favorecer con sus recetas a sus familiares o amigos.En el caso de las visitas médicas, los miembros de las familias que ingresen más de 40 millones de liras anuales deberán pagarlas íntegramente según unos baremos fijados hoy por el sistema sanitario nacional en 30.000 liras (poco menos de 3.000 pesetas) para la visita en consulta y 50.000 liras por cada visita a domicilio. Lo mismo ocurre con los análisis y pruebas, que pueden variar desde las 4.420 liras que cuesta un análisis de colesterol hasta las 250.000 liras cargadas por una TAC de tórax.

A la vista de estos datos, que implican para las familias problemas financieros difícilmente superables, sobre todo cuando aumenta el número de sus miembros, la Federación Nacional de Colegios Médicos de Italia ha hecho el siguiente cálculo: teniendo en cuenta que en el régimen todavía vigente el Estado pagaba a la mutualidad 70.000 liras por asegurado y año, y que cada miembro de una unidad familiar visita al médico entre 9 y 10 veces cada 12 meses, el nuevo régimen de visitas médicas supondrá un ahorro presupuestario de 1,670 billones de liras y un mayor gasto de unos siete billones de liras para el individuo.

Medicina preventiva

"Somos totalmente contrarios a este tipo de medida que crea un terremoto para lograr un pequeño ahorro", dijo Danilo Poggiolini, presidente de la Federación de Colegios Médicos. "La operación es errónea, ya que no resuelve los problemas, deteriorará la sanidad, perjudicará a la medicina preventiva y hará aún más difícil la situación de los hospitales", añadió.Los perjuicios para la medicina preventiva se derivarían de la previsible resistencia del ciudadano a visitar al médico si debe pagarle de su bolsillo. Y la complicación de la situación hospitalaria, de la probable congestión provocada por los internamientos innecesarios de enchufados que lograran esa situación a fin de poder ser diagnosticados y tratados gratuitamente.

La huelga del próximo 2 de octubre ha sido convocada por las grandes centrales sindicales italianas, CGIL, CISL y UIL, en conjunción con algunos sindicatos profesionales.

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