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Crítica:CINE / 'JOHNNY PALILLO'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Comedia muy personal

Actor, director y escritor de teatro y televisión, Roberto Benigni también ha escrito, protagonizado y dirigido cuatro películas. Dos de ellas, Soy el pequeño diablo (1988) y Johnny Palillo (1991), han tenido un enorme éxito comercial en Italia y le han situado entre los grandes cómicos.Roberto Benigni integra, con Nanni Moretti, Maurizzio Nichetti, Francesco Nutti y Massimo Troisi, el nuevo grupo de cómicos italianos que aparece a finales de la década de los setenta y comienzos de los ochenta para renovar de una forma personal los esquemas un tanto enrarecidos de la denominada comedia a la italiana. Su cine recuerda en cuanto a su minuciosa estructura al del francés Jacques Tati, pero con un predominio mucho mayor de la palabra.

Johnny Stecchino

Director: Roberto Benigni.Guionistas: Vicenzo Ceremi, Roberto Benigni. Fotografia: Gitiseppe Lanci. Intérpretes: Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Paolo Bonacelli. Italia, 1991. Estreno en Madrid: Avenida Minicines.

Johnny Palillo gira en torno al tema del doble y la serie de equívocos que desencadena. Roberto Benigni encarna a Dante, un tímido y bonachón conductor de un autobús de un centro para disminuidos psíquicos que vive en Rímini, y a Johnny, un arrepentido perteneciente a la Mafia, que vive escondido en Palermo y a quien todos sus conciudadanos detestan por su acción. Al conocer la mujer del segundo al primero y ponerlos en contacto para salir de la mala situación en que se encuentran se desencadena la historia.

Con estos elementos, muy cercanos al mundo del norteamericano Jerry Lewis, Roberto Benigni hace una obra personal, quizá demasiado elaborada, tal como ocurre con la sucesión de gags en torno a los plátanos, que nada tiene que ver con la espontaneidad de la comedia italiana, salvo el girar en torno a un tema siempre tan de actualidad como la Mafia, pero que resulta demasiado lenta en comparación con el habitual humor mediterráneo.

La muy peculiar voz de Benigni, la importancia que tienen tanto su forma de hablar como los diálogos en sus películas en general, y en ésta en particular, y el hecho de haber sido doblado de una forma convencional hacen que se pierda gran parte de su eficacia, de eso que siempre se ha llamado vis cómica.

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