Sólo las ranas se reproducen en el 'Endeavour'
Los siete astronautas del transbordador Endeavour pudieron observar ayer en órbita el nacimiento de los primeros renacuajos obtenidos de huevos de rana fertilizados el pasado domingo en el espacio. La fertilización fue hecha por Mae Jemison, la primera astronauta negra de la historia. Sobre los improbables escarceos amorosos de otros dos tripulantes, el primer matrimonio que viaja junto al espacio, y sobre si el astronauta japonés tiene o no mareo espacial, la NASA ha preferido mantener un silencio absoluto.
En el laboratorio Spacelab, de construcción europea, que viaja en la bodega de carga del transbordador, empezaron ayer a aparecer los primeros renacuajos procedentes de unos 600 huevos fertilizados de rana. "Es la primera vez que ha tenido lugar una ovulación [inducida] en el espacio y una fertilización en ausencia de gravedad", ha señalado el científico que dirige el experimento, Ken Souza. Los renacuajos se comportan de forma ligeramente distinta a la normal en la Tierra y se ha dado una alta mortalidad en algunos de los frascos que los contienen. Este es sólo uno de los 43 experimentos que están llevando a cabo los siete tripulantes.El posible mareo espacial que sufre el primer astronauta japonés a bordo de un vehículo estadounidense, Mamoru Mohri, no ha sido revelado por la NASA, que invoca una ley de 1974 por la que también los astronautas tienen derecho a' su intimidad en materia de salud. El mareo espacial se manifiesta en la hinchazón de la cara y los miembros superiores, por lo que las imágenes de Mohri son seguidas con gran atención por los periodistas japoneses destacados en Houston. Sin embargo, las imágenes no son concluyentes y nada se sabrá hasta que vuelva a tierra.
Por otra parte, los dos miembros del matrimonio formado por Mark Lee y Jan Davis están asignados a turnos distintos de 12 horas y sólo, se encuentran durante las comidas. La misión terminará el próximo sábado, aunque es posible que se prolongue un día más.
La actual misión del Endeavour fue retrasada cinco años tras la catástrofe del Challenger en 1986. Japón ha pagado 90 millones de dólares, en total, por ir en el transbordador y por el entrenamiento de tres astronautas, pero estos- son precios de hace casi una década. El coste total de la misión se estima actualmente en 500 millones de dólares (aproximadamente 50.000 millones de pesetas).
El aspecto político de la cuestión es que la NASA quiere contentar a los japoneses, que participan en el proyecto de estación espacial permanente. Japón ha invertido; sin embargo, otros 110 millones de dólares en preparar el material científico, ya que sus especialistas dirigen 34 de los 43 experimentos.
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