"Me tocó perder"
La detención de Abimael Guzmán y un buen número de miembros de la cúpula dirigente de Sendero Luminoso supone un éxito de las unidades especiales de investigación para la lucha contra el terrorismo (Diconde) de la policía peruana, y puso de manifiesto el exceso de confianza de los cabecillas senderistas.
Parece increíble que Guzmán y otros siete presuntos senderistas viviesen en la zona de Lima donde ya la policía había descubierto no hace mucho una casa donde había vivido el llamado presidente Gonzalo y otra donde se encontró un vídeo con imágenes de la ceremonia fúnebre de su esposa, Augusta Latorre, y una juerga de varios dirigentes de la organización terrorista.
Los relatos que circulaban ayer por Lima sobre la detención de Guzmán coinciden en que la casa había sido alquilada hace tres meses. Los habitantes de los alrededores comentaron que la vida de los inquilinos de la casa era de mínima relación con sus vecinos.
Desde días antes de la operación del sábado los policías habían vigilado la zona camuflados de barrenderos, electricistas y empleados de teléfonos. El sábado, varios policías simularon celebrar una fiesta en un piso de un jefe policial que residía allí mismo. Otra pareja de policías tomaba unas cervezas para vigilar la casa desde un bar de las cercanías. Cuando una de las presuntas senderistas que había salido a comprar tabaco regresó a casa, los policías aprovecharon para irrumpir dentro con violencia. Efectuaron varios disparos al aire y, según relata un diario de Lima, entraron al grito de "todos al suelo, carajo". Guzmán contemplaba un combate, de boxeo en la televisión y se entregó sin ofrecer resistencia.
El diario El Comercio informa de que Guzmán se entregó al general que manda la Diconde, Antonio Vidal, que se presentó a Guzmán y le dijo: "Abimael, en la vida hay que saber ganar y saber perder. Esta vez te tocó perder". Guzmán reconoció: "Me tocó perder".
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